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La complejidad en la gestión de cuencas

Imagen: Importancia

Por Rodrigo Arce Rojas*

27 de julio, 2018.- Para hablar de la complejidad de las cuencas tomaremos como enfoque teórico los sistemas adaptativos complejos que se emplean en las ciencias de la complejidad. Los sistemas adaptativos complejos refieren a sistemas que están constituidos por numerosos, múltiples y heterogéneos elementos (tangibles y no tangibles) que dan cuenta de la materia/masa, energía, información y sentido de la realidad. Estos elementos están interrelacionados, son interdependientes, son interdefinibles y presentan capacidad de autoorganización y de generación de comportamientos o propiedades emergentes. Estos sistemas tienen capacidad de aprendizaje por lo que pueden adaptarse y evolucionar sin que necesariamente haya un centro conductor (o son acéntricos o son policéntricos). Como sistemas organizacionales son de complejidad creciente y tienen un propósito. Como sistemas son no descomponibles, irreversibles, irreductibles, impredecibles y son de naturaleza multidimensional, multiescalar, multitemporal. Como sistemas son termodinámicamente abiertos y tienen la capacidad de diálogo con el entorno. Estos sistemas consideran la flecha del tiempo por lo que importan los procesos, el contexto y el tiempo (Rodríguez Zoya, 2015; García, 2006).

Si reconocemos entonces que en una cuenca confluyen una serie de aspectos biofísicos y socioculturales entonces en la práctica estamos hablando de socioecosistemas. Por lo tanto el concepto de manejo de cuencas refiere a la diversidad de intervenciones humanas orientadas a la sustentabilidad que implica las interacciones entre las dimensiones biofísicas, económicas y socioculturales cuyo resultado final apunta al bienestar humano y al bienestar de la vida en general. La gestión del agua es fundamental en una cuenca pero no se reduce a ella. Quiere decir entonces que en una cuenca pueden confluir diversas disciplinas y enfoques tales como el desarrollo territorial sostenible, la gestión de paisajes forestales sostenibles, la biología de la conservación, la gestión integrada de recursos hídricos, entre otros. Aunque cada una de ellas tiene sus especificidades comparten muchos elementos explicados por los sistemas adaptativos complejos. Destaca también el hecho que cuando los pueblos indígenas hablan de Red Indígena Amazónica (RIA) en el fondo también están hablando de lo mismo aunque no se usen las palabras técnicas y se resume en lo que estos pueblos denominan “gestión territorial holística”.

Desglosaremos cada uno de los elementos o propiedades fundamentales de los sistemas adaptativos complejos aplicados a la gestión de cuencas.

Cuando se menciona que los sistemas adaptativos complejos refieren a sistemas que están constituidos por numerosos, múltiples y heterogéneos elementos (tangibles y no tangibles) estamos haciendo alusión a la diversidad de actores, sistemas y procesos presentes en la cuenca. En sentido estricto el concepto de actor alude a los grupos que están organizados, tienen agendas y desarrollan acciones de incidencia pero en la práctica hay “actores” que no cumplen estas características sea porque no están organizados, son invisibles o son minimizados. El hecho que no sean grupos organizados no los saca del sistema por lo que se deben tomar medidas para que no sean obviados en los procesos de participación y de gobernanza. En el caso de las cuencas habrá que resaltar las interacciones que existen entre los actores de las partes altas, medias y bajas de la cuenca.

La administración pública se organiza muchas veces en sistemas que son de diferente naturaleza. Obedeciendo al carácter sectorial o multisectorial, a las funciones y competencias asignadas, a los objetivos encargados muchas veces se encuentran que estos sistemas tienen la costumbre de comportarse como sistemas cerrados. Independientemente de la naturaleza de los sistemas éstos no son cerrados y requieren necesariamente interactuar tanto entre los sistemas de vinculación directa como los de vinculación indirecta. En esa misma lógica es necesario reconocer los diferentes procesos públicos, privados o de naturaleza mixta que existen en torno a la multiplicidad de temas que se desarrollan en la cuenca y a la vez entre aspectos temáticos concurrentes para lograr una gestión holística. Otra vez, las visiones sectoriales, las funciones y competencias, y la formación disciplinaria o especializada atenta para que se pueda hacer una gestión más efectiva de toda la energía cultural que existe en el socioecosistema cuenca.

Por todas estas razones, desde la gestión de los paisajes sostenibles los elementos de la gestión integrada del paisaje son: i) Establecimiento de una plataforma con múltiples actores, ii) Un entendimiento común, iii) Planificación colaborativa, iv) Implementación efectiva, y v) Monitoreo para la gestión adaptativa y la rendición de cuentas (Denier, et. al., 2017). En la misma dirección el pilar 2 del monitoreo de la gobernanza forestal que alude al proceso de planificación y toma de decisiones considera: i) La participación de las partes interesadas, ii) La transparencia y responsabilidad, y iii) La capacidad y acción de las partes interesadas (PROFOR, 2011).

Una crítica que se podría hacer a la perspectiva que estamos planteando es que justamente la administración pública se ha organizado en sectores y compartimentos especializados para hacer más efectiva su labor. Por ejemplo hablemos de una administración del agua elemento esencial para todas las manifestaciones de vida pero el agua no está aislado del socioecosistema, por lo tanto no podemos perder de vista estas interacciones entre agua, sociedad y naturaleza. De ahí la importancia de prestar atención a la cultura del agua como uno de los elementos claves para la gestión de cuencas.

La lógica fragmentaria de gestión produce inconsistencias como por ejemplo cuando se promueve la adquisición de mobiliario sin que importe si la fuente de la madera es legal o ilegal, cuando se promueven desayunos escolares con alimentos con altos contenidos de azúcares y preservantes, cuando se mantienen mecanismos de titulación de predios que premian la deforestación, cuando se promueve el agua como derecho pero no se hace nada por las relaveras ribereñas de minas que amenazan contaminar el río, cuando se afectan las cabeceras de cuencas en nombre del desarrollo y el “chorreo” prometido de bienestar, entre muchos otros casos. De ello se desprende que la efectividad de la gestión pública no sólo debe aludir al cumplimiento de metas sectoriales sino de metas que contribuyan a la sustentabilidad del socioecosistema. Por ello es imposible desprender el tema ético de la gestión de cuencas.

Cuando se menciona que los diversos elementos del sistema dan cuenta de la materia/masa, energía, información y sentido de la realidad se está haciendo alusión a todos los elementos que hay en el territorio. Por ejemplo de los bosques, suelos, agua, historias, narrativas, discursos, prácticas, costumbres, ideologías, paradigmas, entre otros aspectos. Ningún elemento está suelto ni cae al vacío. Por ejemplo todos reconocemos a los bosques como sistemas adaptativos complejos por excelencia, pero las personas también son complejas, los grupos son complejos, la sociedad es compleja, el lenguaje es complejo. Por ejemplo como creemos que es nuestra relación con los bosques así los trataremos, nuestros refranes cuentan, nuestras canciones y chistes cuentan, porque el lenguaje no sólo describe la realidad sino que también la configura. Si pensamos por ejemplo que los bosques son recursos para explotarlos sin que medie ningún tipo de remordimiento entonces así actuaremos. Por ello muchas veces se generan conflictos por las diferentes cosmovisiones que están en juego en la cuenca. Para unos el bosque puede ser sagrado o ser morada de seres espirituales para otros será simplemente fuente de madera, generación de empleos y crecimiento económico.

Por eso, cuando mencionamos que todos estos elementos de la cuenca están interrelacionados, son interdependientes, son interdefinibles estamos hablando de las múltiples interacciones. Por ejemplo cuerpo-mente-fisiología-palabra-acción; individuo-sociedad-especie humana; agua superficial-agua subterránea-agua atmosférica- agua de la evapotranspiración de las plantas; entre otros. Nosotros mismos cuando adulto estamos conformados por un 60% de agua. También haremos alusión a los ciclos biogeoquímicos en general y al ciclo hidrológico. Estos ciclos incluso no se quedan en las cuencas sino que tienen implicancias que alcanzan inclusive a grandes biomas o al planeta en general. Tomemos el caso por ejemplo del polvo del Sahara que fertiliza con fósforo la Amazonía (Hongbin Yu et. al., 2015), los “ríos voladores” o humedad atmosférica procedente de la Amazonía que causan lluvias a más de 3.000 kilómetros de distancia, en el sur de Brasil, Uruguay, Paraguay y el norte de Argentina y son vitales para la producción agrícola y la vida de millones de personas en América Latina (BBC Mundo, 2017),  las grandes migraciones de aves, peces o mariposas entre otros fenómenos.

Esta interdependencia también se reconoce cuando se habla de transformación de conflictos que apela a cambios en las relaciones personales, relacionales, culturales y estructurales. O cuando se reconoce la interdependencia entre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que alude a las dimensiones personas, asociaciones, planeta, paz y prosperidad. La realidad no se circunscribe a los Ministerios, a las disciplinas o las funciones y competencias de los funcionarios. Ni tampoco a una autoridad del agua.

Cuando se menciona que los sistemas adaptativos son multidimensionales significa que la gestión de cuencas tiene que abordar necesariamente las múltiples dimensiones biológicas, ecológicas, sociales, institucionales, culturales, históricas, legales, psicológicas, lingüísticas, entre otras. La gestión del agua es fundamental, en tanto elemento generador de vida, sin embargo no se reduce a ella. Lo mismo vale para la gestión forestal o la gestión urbana. Todas las dimensiones están interconectadas tanto porque el ser humano es un ente (tecno) biopsicosocial como por la estrecha relación que existe entre el ser humano y la naturaleza, en tanto el ser humano también es naturaleza. En una sociedad moderna que ha fracturado el cuerpo de la mente, la razón de la emoción, las ciencias sociales de las ciencias naturales, la ciencia de la conciencia, la ciencia de la ética, la ciencia del arte y de la estética, entre otras grandes disyunciones es importante apelar a la capacidad de religar para volver a unir lo que ha sido culturalmente fragmentado.

Cuando se menciona que los sistemas adaptativos son multiescalares estamos haciendo alusión al hecho que en la gestión de cuencas tenemos que tomar muy en cuenta las múltiples escalas. Por ejemplo considerar los diferentes niveles de organización de la biósfera tales como células, organismos, poblaciones, ecosistemas, biomas que están inscritas en la ecósfera (Van Hauwermeiren, 1998). Esto implica considerar además que un sistema siempre está inscrito en otro sistema. Por cuestiones de gestión se hace un corte de la escala a trabajar pero eso no quita la relación anidada de los sistemas en otros sistemas mayores. Las escalas pueden ser de diferente naturaleza como por ejemplo ecológica, geográfica, política, económica, entre otras. En este caso como en todos los anteriores, aquí interesa mantener la capacidad de diálogo con el entorno, saber que existen mutuas interinfluencias entre el sistema y el entorno. El hecho que no se tomen en cuenta estos aspectos produce fragmentación y pérdida de hábitat para las especies al no asegurar elementos de conectividad.

Cuando se menciona que los sistemas adaptativos son multitemporales se alude al hecho que en la gestión de cuencas se tiene que tomar en consideración el pasado, el presente y el futuro pero no necesariamente de una manera lineal o determinista. La historia importa pero no únicamente la historia oficial sino la historia que no ha sido escrita, la historia invisibilizada o la historia negada. Por ello es importante dar la voz a los que nunca lo tuvieron, dar espacio a quienes nunca fueron tomados en cuenta. Asimismo, considerar que no existe una única respuesta posible, un modelo de desarrollo homogéneo y acabado sino múltiples posibilidades. En esa misma perspectiva interesa conocer el contexto con una mirada y pensamiento crítico para descolonizar todo aquello que ha legitimado inequidades e injusticias de todo tipo.

Pero también es importante reconocer el socioecosistema en su carácter entrópico y que por lo tanto requiere mantener mecanismos que permitan su regeneración y renovación cuidando que se mantenga su resiliencia y su capacidad adaptativa y evolutiva. La pérdida de hábitats implica finalmente pérdida de variabilidad y de vigor genético que afecta a las especies y a los ecosistemas.

Reconocida la cuenca como un sistema en el que hay que considerar las totalidades (múltiples dimensiones, escalas y temporalidades), interacciones y emergencias o propiedades que no pueden ser explicadas a partir del comportamiento de cada uno de los elementos constituyentes surge entonces la necesidad de articulación, coordinación y sinergias. Estas palabras ya son reconocidas en políticas de modernización de la gestión pública pero no siempre aplicadas. Los mecanismos existentes de coordinación tales como comisiones multisectoriales no son suficientes si se mantienen actitudes disyuntivas y reductivas.

La gestión de cuencas por tanto implica un enfoque de complejidad donde se reconoce el valor de la diversidad y se acepta que la incertidumbre y los equilibrios dinámicos son parte de la realidad. Los postulados de la biología de la conservación, que busca explicar la pérdida de biodiversidad y reducir el grado de amenaza, dan cuenta del enfoque de complejidad. Estos postulados planteados por Soulé (1986) son:

  • La evolución es el axioma básico que unifica toda la biología
  • El mundo ecológico es dinámico y altamente en desequilibrio
  • La presencia del hombre debe ser incluida en la planificación de la conservación
  • La diversidad de organismos es buena
  • La complejidad ecológica es buena
  • La evolución es buena
  • La diversidad biológica tiene un valor intrínseco

Como se puede apreciar, la gestión de cuencas desde el enfoque de la biología de la conservación aporta con una mirada socioecosistémica y de complejidad. Contribuye además a reforzar el hecho que la gestión de la biósfera debe incluir un componente ético y que más allá de reconocer la naturaleza como útil tiene valores intrínsecos que es importante respetar.

Referencias:

BBC Mundo. (29 de agosto, 2017). Qué son los "ríos voladores" de Sudamérica que llevan por aire tanta agua como el Amazonas. [Mensaje en un Blog]. BBC News. Recuperado de: https://www.bbc.com/mundo/noticias-41038097

Denier, L., Scherr, S., Shames, S., Chatterton, P., Hovani, L., Stam, N. (2017). El Pequeño Libro sobre Paisajes Sostenibles (Lorenzo, J., traducción, Mercado, L., edición técnica y corrección). Global Canopy Programme: Oxford. 172p. (título original: The Little Sustainable Landscapes Book, publicado en 2015). Recuperado de: https://globalcanopy.org/sites/default/files/documents/resources/GCP_LSLB_Spanish.pdf

García, R. (2006). Sistemas complejos. Conceptos, método y fundamentación epistemológica de la investigación interdisciplinaria. Editorial GEDISA.

Hongbin Yu, Mian Chin, Tianle Yuan, Huisheng Bian, Lorraine A. Remer, Joseph M. Prospero, Ali Omar, David Winker, Yuekui Yang, Yan Zhang, Zhibo Zhang y Chun Zhao: The Fertilizing Role of African Dust in the Amazon Rainforest: A First Multiyear Assessment Based on CALIPSO Lidar ObservationsGeophysical Research Letters (2015). DOI: 10.1002/2015GL063040. Recuperado de: https://www.tendencias21.net/El-polvo-del-Sahara-fertiliza-el-bosque-amazonico_a39814.html

PROGRAMA SOBRE LOS BOSQUES (PROFOR) ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA ALIMENTACIÓN Y LA AGRICULTURA (2011). Marco para la evaluación y seguimiento de la gobernanza forestal. Roma: FAO. Recuperado de: http://www.fao.org/docrep/015/i2227s/i2227s00.pdf

Rodríguez Zoya, L. [Comunidad de Pensamiento Complejo. (2015, Noviembre 24). Desafíos educativos para enseñar a pensar la complejidad en la ciencia y la sociedad [Archivo de video]. Recuperado de: https://youtu.be/fFRK_tX9MVM

Soulé, M.  (ed.). 1986. Conservation biology. The science of scarcity and diversity. Sinauer, Sunderland. 584 p.

Van Hauwermeiren, Saar (1998), Manual de economía ecológica. Quito: Instituto de ecología política. Pp. 97

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*Rodrigo Arce Rojas es doctor en Pensamiento Complejo por la Multiversidad Mundo Real Edgar Morin de México. Su correo: rarcerojas@yahoo.es

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