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El drama de don Arnulfo, por José Aliaga Pereira

Danza Diablos de Cajabamba. Fuente: https://www.costumbres.org/danza-diablos-de-cajabamba

Servindi, 13 de febrero, 2022.- Esta semana recordamos a don Arnulfo Chacón Pajares, escritor y profesor natural de Cajabamba, autor de dramas y gran danzarín de la Danza de los Diablos de Cajabamba.

Arnulfo Chacón incursionó en 2004 como actor principal en la película Coraje del cineasta Héctor Marreros Vásquez y falleció el 20 de mayo del año 2020, provocando hondo pesar en la comunidad cajabambina.

José Luis Aliaga Pereira nos comparte una curiosa anécdota que además de literaria forma parte de la historia literaria de Cajamarca que se escribe día a día, gracias a la calidad y tesón de quienes han hecho de la escritura un arte y un arma de identidad cultural.
   

El drama de don Arnulfo

Por José Luis Aliaga Pereyra*

Ese día en la casa donde nos proporcionaban alimento y descanso, las anfitrionas del lugar sirvieron cuy frito. En la mesa me tocó degustar, el plato principal de la gastronomía cajamarquina, junto a dos escritores de Cajabamba.

A un costado, casi pegado a la pared, se encontraba don Arnulfo, frisando los setenta y cuatro años de edad, hombre alegre y locuaz. A mi derecha, dando la espalda a la puerta de ingreso al primer comedor, Enrique Boy, muy reservado él, nos observaba con interés. Luego de las presentaciones respectivas y conversación de temas coyunturales, llegamos a lo de la producción literaria, motivo del XI Encuentro de Escritores “Manuel Baquerizo” que se realizó en Cajamarca a mediados del mes de noviembre.

Don Arnulfo, aparte de escribir teatro, es actor y ha puesto en escena varias de sus obras, también incursionó en el cine como personaje principal en la película “Coraje”. “Tengo el video”, asegura. “No crean que estoy imitando a Vargas Llosa”, dice sonriente. “Mis obras son de verdadero contenido social, de denuncia, de lucha —advierte—, aunque en esta última desempeño el papel de patrón, antes lo hice de líder guerrillero”, asevera.

Hubiese querido tener más tiempo para conversar con don Arnulfo: con él se puede pasar, toda una tarde, sin pizcas de aburrimiento. Es coherente en sus historias. Se deja escuchar.

Después de dar buena cuenta del plato de cuy, don Arnulfo, señalando el tercer piso de la casa, nos invitó a subir. “¡Vamos arriba! —dijo—. Quiero obsequiarles algunos de mis libros".

Lo seguimos. Había allí, en el tercer piso, dos dormitorios, uno al lado del otro, que permanecían con las puertas cerradas. Ingresamos, siempre conducidos por don Arnulfo, al dormitorio del lado izquierdo. Frotándose las manos, como si fuera a descubrir un tesoro, el escritor y actor a la vez, se sentó al borde de la cama del camarote más cercano. Al instante apareció entre sus manos un maletín deportivo color beige. De pronto, intempestivamente, se paró y abrió los brazos dejando el maletín abierto. Por segundos pensé que iba a recitar un poema, porque también era poeta. No fue así.

 — ¡No están mis libros ni CDs! —exclamó—. No es posible —dijo—, se supone que acá estamos los que defendemos la verdad, la justicia. Esto no puede quedar así. ¡Lo tengo que denunciar! —aseguró.

Más allá, desde el tercer camarote, en silencio, sin molestar, como un gato, nos miraba Enrique Boy.

—¡No puede ser! —continuó hablando, en voz alta y agitando los brazos, don Arnulfo—. Nosotros, que se supone predicamos con el ejemplo, ¿estamos tocando las cosas, ¡robando!, a un compañero? —se preguntó—. ¡Vamos, alguien tiene que dar razón de esto! —dijo, cerrando el maletín.

Cuando bajábamos, a la altura del primer escalón, Enrique Boy, palmeándole la espalda, como queriendo calmarlo, le dijo:

 —¿Por qué, primero, no te fijas en las puertas?

—¿Qué tienen que ver las puertas? —respondió don Arnulfo—. Siempre han estado así, cerradas, sin seguro, porque aquí todos somos honrados.

—Lo que quiero que mires es el letrero de la puerta derecha —dijo Enrique apuntando con el dedo el papel que algún bromista había colocado en la puerta del dormitorio donde se podía leer con claridad la palabra: “MUJERES”.

 —¿Cómo? —don Arnulfo miró sorprendido el letrero, dio media vuelta y, rápidamente, abrió la puerta del dormitorio. Se dirigió al primer camarote y de allí, como si repitiera lo que hizo en el dormitorio del lado izquierdo, sacó, metiendo la mano bajo la cama, un maletín muy parecido al anterior. Después, soltando una carcajada, me alcanzó varios libros y Cds, y preguntó:

—¿Qué te pareció mi actuación?

 —¡Perfecta! —le respondí—. ¡Fenomenal!

Hoy, 23 de diciembre de 2012, que escribo esta nota, he terminado de ver el drama “Coraje” en el que don Arnulfo actúa con mucha soltura, me propongo leer su obra de teatro titulada Abnegación de padre, en la que entintó con su puño y letra la siguiente dedicatoria:

“Con mucho afecto a mi predilecto amigo José Luis Aliaga Pereyra.

Muy atentamente.
Cajamarca, 14 de noviembre de 2012.

Firma:
Asunción Arnulfo Chacón Pajares"

Fueron testigos dos maletines boquiabiertos.

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Glosa biográfica:

Asunción Arnulfo Chacón Pajares (agosto, 1938) es natural de Cajabamba. Fue licenciado del Ejército del Perú en el Regimiento de  Caballería N° 5 de Chocope-La Libertad. Estudió en la Escuela de Enfermeros del Ejército, sede Piura. Trabajó en el Instituto Geográfico Militar por el lapso de cinco años, donde solicitó su retiro, como dice en la biografía publicada en su libro, “por no gustarle la subordinación militar”.

Después estudió en la Escuela Regional de Bellas Artes de Cajabamba y en el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo de la Educación (INIDE), donde se graduó como profesor de primaria como primera especialidad, y como segunda en artesanía.

Ha ganado varios concursos de poesía como, por ejemplo, el que realizó el periódico Gaceta en Trujillo (1969)

Es autor de los dramas: El veneno de los hijos, A más pobreza más injusticia, El regreso de Maricucha, Los dos compadres, La pedida de mano, Así soy en mi Escuela, Bendición de madre, Abnegación de padre y La Escuela de mi tierra.

Las obras que ha puesto a escena son: El veneno de los hijos, A más pobreza más injusticia, Los dos compadres y La pedida de mano.

En el año 2004 incursionó como actor principal en la película CORAJE del cineasta Héctor Marreros Vásquez.

Don Arnulfo con el profesor y escritor cajabambino Enrique Boy Palacios autor de los libros: "Para Chatear con Apolo", "Cambio Social", "Leyes de la Narración", "Cuentos para Todos".

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* José Luis Aliaga Pereira (1959) nació en Sucre, provincia de Celendín, región Cajamarca, y escribe con el seudónimo literario Palujo. Tiene publicados un libro de cuentos titulado «Grama Arisca» y «El milagroso Taita Ishico» (cuento largo). Fue coautor con Olindo Aliaga, un historiador sucreño de Celendin, del vocero Karuacushma. También es uno de los editores de las revistas Fuscán y Resistencia Celendina. Prepara su segundo libro titulado: «Amagos de amor y de lucha».

 

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