Dpa, 19 de enero, 2009.- Unos 1.500 indígenas panameños de la etnia Naso (Teribe), en la caribeña provincia de Bocas del Toro, limítrofe con Costa Rica, anunciaron hoy que enfrentarán a los invasores de los territorios que ocupan desde hace siglos.
El dirigente Naso Eliseo Vargas denunció que empleados de la empresa Ganadera Bocas ingresaron hace varios días con tractores y derribaron viviendas en el corregimiento o comunidiad de Teribe, bajo el argumento de que los indígenas son intrusos.
Vargas señaló que la compañía posee un hato de búfalos y que los operadores de la finca dejan a los animales en soltura, para que penetren en áreas de cultivo, donde causan daño, sin que el asunto haya sido resuelto en instancias judiciales de Panamá.
"Nos han llevado a tomar la justicia por nuestras manos, ya que estamos dispuestos a ofrendar nuestra vida por las tierras traspasadas por más de 20 generaciones", subrayó.
Por su parte, Lupita Vargas, moradora de la comunidad de San San Druy repudió la destrucción de chozas iniciada por Ganadera Bocas y manifestó que está dispuesta a "intercambiar sangre por tierra". Añadió que "sólo muerta, saldré de aquí".
Integrantes de la comunidad blandieron machetes, lanzas, arcos y flechas y armas de cacería, alrededor de una fogata, para reafirmar su decisión de lucha contra los ganaderos y colonos blancos.
Los Nasos son la única etnia indígena panameña que es regida por un rey, ya que el mandato es heriditario. Sin embargo, la corona es disputada por dos integrantes de la familia Santana, quienes exigen al gobierno la creación de una comarca para la protección de los territorios que ocupan.
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