Servindi, 3 de marzo, 2011.- Jóvenes nativos rarámuris revaloran su cultura, desarrollan habilidades y dialogan con la realidad a través del teatro. Así, del 26 al 28 de febrero, 33 indígenas de las comunidades Arroyo de Agua y Bacabureachi, del municipio de Carichí, participaron en el taller “Andares y Cantares. Teatro campesino indígena. Sierra Tarahumara”.
El taller fomentó el diálogo entre diferentes comunidades rarámuris, promovió la reflexión sobre problemáticas actuales, recordó leyendas y culturas, e impulsó la creatividad a través de medios artísticos como el dibujo, construcción de muñecos/títeres, expresión corporal, música y danza.
Asimismo, en las obras de teatro se abordan temas sobre el maíz, la importancia de conservar las semillas nativas y evitar el uso de semillas transgénicas, así como el derecho a la propiedad de la tierra. Al finalizar el encuentro, los nativos montaron su propio espectáculo teatral.
El próximo 10 de abril se realizará un segundo taller en las comunidades de Cuiteco, en el municipio de Urique, al final del cual los jóvenes presentarán un teatro de muñecos.
La iniciativa artística –dirigido por Teresa Camou Guerrero– es un proyecto ciudadano, apoyado con un estímulo económico del Gobierno del Estado de Chihuahua, a través del Instituto Chihuahuense de la Cultura y su Programa de Desarrollo Cultural para la Juventud, en coordinación con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
Teatro para vivir mejor
Desde hace aproximadamente nueve años, numerosos jóvenes participaron en esta experiencia artística. En algunos casos, la vivencia fue decisiva para su desempeño en otras actividades sin perder su identidad rarámuri.
El taller de teatro integra a los jóvenes en actividades como reflexión, expresión corporal, dibujo, canto, expresión oral y escrita, y los incorpora en un proceso de concientización que promueve la expresión cultural mediante lenguajes creativos. A través de la recreación de los mitos, posibilita redescubrir la cultura y dialogar con la realidad diaria.
Teresa Camou acude a las comunidades para invitar a los jóvenes entre los 11 y 23 años que no estudian en la escuela o no lo han concluido. Inicialmente éste era el público al que estaba dirigida, pero con el paso de los años se sumaron una gran diversidad de chicos.
A los participantes se les ofrece apoyo de traslado, alimentación y hospedaje y una beca económica, ya que algunos deben faltar al trabajo para poder acudir al taller. Durante una semana trabajan decidiendo el tema que desarrollarán, la historia, el guión, la elaboración de la escenografía, la música y los ensayos.
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