-
Ayoreo-totobiegosodes en 2004 durante su primer contacto. Foto: Survival
Servindi, 27 de setiembre, 2010.- Líderes del pueblo indígena ayoreo-totobiegosode en Paraguay, dieron un grito desesperado de ayuda ante la presión que vienen ejerciendo algunas empresas que buscan ocupar sus tierras.
En las últimas décadas, algunos miembros de este pueblo han sido obligados a abandonar el bosque, pero otros han resistido a la embestida de las compañías y siguen escondidos en diversas zonas del territorio.
Frente a esta situación, los líderes ayoreo Gabide Etacori y Porai Picanerai, lanzaron un llamado público en nombre de sus familiares que no quieren abandonar sus tierras, a pesar de haberse reducido su extensión por la acción de la maquinaria del hombre.
“Pedimos que nos ayuden a garantizar que la tierra será protegida para que las excavadoras no entren y para que no se otorguen licencias que destruyan nuestro bosque”, expresaron.
Es el único pueblo indígena no contactados de Latinoamérica fuera de la cuenca del Amazonas.
Territorio para ganaderos
Durante las últimas décadas el territorio de los ayoreo ha sido adquirido por empresas de especuladores y terratenientes foráneos y locales.
Una de estas compañías es la brasileña Yaguarete Pora, dedicada a la ganadería y que adquirió parte de la zona, destruyendo con su maquinaria cerca de tres mil hectáreas de bosque.
Sin embargo, en mayo último las autoridades paraguayas detuvieron la acción de las excavadoras y acusaron a esta empresa de no hacer público que existían indígenas no contactados vulnerables en esa área.
Actualmente, los ganaderos no quieren dar su brazo a torcer y buscan presionar al gobierno para que se les permita recuperar esos territorios.
“Estamos muy preocupados porque la empresa Yaguarete Pora no quiere negociar ni con nosotros ni con el gobierno paraguayo para darnos la tierra que es el lugar más importante para nuestro pueblo”, expresaron los líderes ayoreo.
Enterados de este problema, la organización Survival International se comunicó con el Instituto Indígena Paraguayo (INDI), exigiendo que actúe de inmediato para evitar más destrucción. También lanzó una campaña publicitaria para llamar la atención sobre la grave situación a la que se enfrentan los ayoreo, uno de los últimos pueblos indígenas no contactados de Latinoamérica.
Según manifestó una fuente de Survival : “Yaguarete ha ignorado persistentemente las peticiones de los ayoreo para que se mantengan fuera de su tierra ancestral. Ya es hora de que el gobierno de Paraguay cumpla con su deber de proteger a sus ciudadanos más vulnerables, que desean desesperadamente que se les deje en paz”.
“Este pueblo indígena ha esperado 17 años por una tierra que es suya por derecho, pronto, puede que no quede ninguna tierra que defender”, añadió la fuente.
Los totobiegosode, pueblo en aislamiento voluntario
Los ayoreo-totobiegosode viven en el Chaco, en una enorme extensión de monte que se extiende desde el oeste de Paraguay hasta Bolivia y Argentina.
Según Survival Internacional, hay varios subgrupos diferentes de ayoreo. Los más aislados son los totobiegosode cuyo nombre significa “gentes del lugar de los cerdos salvajes”.
Son un pueblo nómada de cazadores-recolectores, que desde antaño habitó una extensa región de bosque bajo. Desde 1969 muchos de ellos han sido expulsados de la selva, pero algunos todavía evitan cualquier contacto con foráneos.
Su primer contacto duradero con la civilización fue entre los años 40 y 50 del siglo pasado, cuando los granjeros establecieron colonias en sus tierras. Los ayoreo se resistieron a esta invasión y hubo muertes en ambos lados.
En 1979 y 1986 el grupo fundamentalista estadounidense “Misión Nuevas Tribus” (MNT), ayudó a organizar “cacerías humanas” en las que por la fuerza se sacó del bosque a un gran número de totobiegosode. Muchos murieron en esos encuentros y otros murieron por enfermedades.
Otros grupos de totobiegosode salieron del bosque en 1998 y 2004, ya que las invasiones continuas en su tierra les hacían abandonar constantemente sus hogares y vivir en condiciones muy duras. Un número desconocido lleva todavía una vida nómada en la selva.
Añadir nuevo comentario