![]()
Plantón de solidaridad frente al Palacio de Justicia en Ayacucho. Foto: Paz y Esperanza
|
Si se hubiese aprobado la pena de muerte contra los terroristas ocho campesinos quechuas hubieran sido condenados injustamente luego de ser presentados como los responsables de la muerte de cinco policías y tres civiles.
Luego de la emboscada terrorista ocurrida el 16 de diciembre último en Machente, Ayacucho, las autoridades los acusaron. Sin embargo las pruebas químicas de absorción atómica revelaron que ninguna de ellas había hecho disparo alguno.
Al haberse vencido el lunes el plazo de quince días para las investigaciones el abogado Raúl del Castillo Alatrista exigió la liberación inmediata de los campesinos ilegalmente detenidos.
Los detenidos fueron traslados ayer de Lima a Ayacucho y se encuentran en el penal de Yanamilla a la espera que la Corte Superior de Justicia de Ayacucho, determine su situación.
Los campesinos oriundos del pueblo de Chacas fueron detenidos de forma arbitraria sin informarles las razones de su detención. Fueron interrogados en español sin apoyo de un traductor a pesar que la lengua materna de los detenidos es el quechua.
Los detenidos estuvieron recluidos en la carceleta del Ministerio Público en condiciones inhumanas y en un ambiente hediondo y maltrados sin recibir alimentos.
La detención
Los campesinos se trasladaron el domingo 17 de diciembre al anexo Rosario de Acón para trabajar en la chacra del nuevo alcalde de Luricocha, Américo Ludeña. Cuando en la mañana del lunes 18 hacían tareas de limpieza una lluvia torrencial los obligó a refugiarse temporalmente en una choza.
Allí encontraron a cuatro personas extrañas con quienes hablaron y que luego se retiraron. Posteriormente, y mientras almorzaban, los campesinos escucharon gritos y disparos y cuando salieron a ver de qué se trataba observaron a un grupo de soldados.
Desde entonces estuvieron detenidos y presentados a la prensa como los responsables de la emboscada terrorista a pesar de la falta de pruebas.
Los campesinos detenidos son: Wilber Rimache Ramos (23), Eloy Rojas (19), Jacinto Huamán (36), Alcides Ñaupa (26), Glorioso Ochoa (23) y los hermanos Fortunato (30), Víctor (32) y Sabino (37) Yaranga Farfán.
Comentarios
Este caso de la detenci{on de los campesinos es indignante para el pueblo ayacuchano. Con esta experiencia estaremos alertas frente a las propias actitudes del gobierno y de las fuerzas militares. En Ayaccuhco no vamos a permitir que, con el cuento de terroristas estén deteniendo a campesinos ni a nuestros dirigentes. Al instante que pase esto el pueblo se levantará. Queremos que a estos campesinos se les dé la libertad de inmediato antes que este pueblo enfurecido salga a las calles. Y jamás aceptaremos la violación de los derechos humanos y jamás aceptaremos que el gobierno promulgue la pena de muerte para los terroristas, donde en esencia es para salvarse de sus actos de genocidio y seguir cometiendo asà a campesinos inocentes y dirigentes que reclaman su mal gobierno.
Es indignante como el gobierno, bajo la patraña de la "Pena de Muerte", quiera silenciar a los dirigentes que reclaman condiciones justas para su pueblo. Este se quiere convertir en un gobierno dictador, un estado abusador de su poder; nos quiere vender la imagen de justiciero, por favor esto a dónde nos va a llevar. Me opongo a la pena de muerte totalmente porque a partir de esta se empezará a silenciar cualquier foco de resistencia contra el abuso y la injusticia.
La Academia de la Lengua Quechua Ayacucho-Chanca se solidariza con los ocho campesinos quechuahablantes injustamente detenidos con la presunción de que son terroristas. Con esta actitud negativa contra los quechuas una vez más denmuestra Alan GarcÃa que tiene en su corazón mucho odio a los indÃgenas del Perú profundo, por ejemplo, ahà está Cayara, el Frontón, etc. como botón de muestra. Pronto cuando el pueblo peruano despierte de su sueño, los campesinos serán reivindicados.
Academia de la Lengua Quechua Ayacucho-Chanca
Añadir nuevo comentario