
Servindi, 28 de abril, 2023.- “Todo, todo tenemos sobre la tierra.¿Qué nos falta? Despertar, desechar el miedo, recogernos para andar” indica el editorial de Lucha Indígena, revista virtual mensual correspondiente al mes de abril.
Bajo el título de: “¡Ni perdón, ni olvido! La lucha continúa” en sus 40 páginas aborda principalmente la crisis política y climática que atraviesa el Perú y el vil asesinato del líder ashaninka Santiago Contoricón.
Contiene una interesante entrevista a Wilfredp Robles, abogado del defenestrado Pedro Castillo Terrones, quién purga prisión preventiva luego de ser vacado irregularmente sin que se hayan respetado sus derechos y obviando el debido proceso.
Como es característico, la publicación brinda un panorama crítico de las luchas sociales indígenas en diversos lugares del planeta, con especial énfasis en Perú y otros países latinoamericanos como Colombia, México, así como también de Palestina y Turquía.
La revista virtual mensual “Lucha Indígena” fue fundada y dirigida por el líder histórico de las luchas campesinas en Perú Hugo Blanco Galdós y es editada y diseñada por Carlos Bernales (Cabe).
Puede acceder o descargar la publicación a través de los siguientes enlaces:
Lucha Indígena en redes:
- Facebook: Lucha Indígena
- Blog: luchaindigena.noblogs.org
- Canal de Youtube: luchaindigena
A continuación compartimos el editorial:
Todo, todo lo tenemosNos da rabia ver al ministro de energía y minas del Perú inclinarse con tanta convicción para besarles los pies a los empresarios mineros, verlo tan orgulloso con su léxico servil de destrabar proyectos y reducir tramitología. ¿O será asco lo que sentimos ante la normalidad que ha vuelto? Con qué naturalidad el gobierno le grita a los piuranos desesperados ¡no hay, no hay¡ mientras se instalan bases militares en Apurimac y Puno al servicio del saqueo, se manda a la policía golpear a las familias que se resisten a la humillación del despojo y se gasta millones en el indigno lujo en medio de la crisis. Y en el robo, claro. Siempre roban. ¡Delincuentes! ¡Asesinos! Es lo que son. La normalidad es el cruel asesinato de Santiago Contoricón Antúnez, histórico lider ashaninka de la lucha antiterrorista, defensor ambiental a quien el estado negó la protección que pedía. En lugar del reconocimiento recibió la indiferencia. El 2021 fue, el también líder ashaninka, Lucio Pascual Yumanga y 4 comuneros más que fueron en su búsqueda; el 2020 fue el líder nomatsiguenga Ulises Rumiche Quintimari. Desde el 2020 se han ejecutado más de 20 asesinatos de defensores ambientales indígenas en la Amazonía. La normalidad es el desprecio por la vida que ejercen el estado y los representantes del gobierno como política nacional. Si no es así, ¿qué hace la fiscalia generando impunidad, interrumpiendo con sus maniobras la justicia que se espera tras el asesinato de 49 civiles y 13 soldados durante la represión de los últimos meses? Si no es así, si la muerte no es su hoja de ruta, ¿qué hacen golpeando y atacando mujeres indígenas?, ¿qué hacen obligando a las niñas a dar a luz? ¿qué hacen sosteniendo impetuosamente una cultura de la violación, la cosificación y la crueldad? Finalmente, para sostener esa normalidad, cual caballo de troya, regalo enemigo, masificaron en las comunidades el uso de las redes sociales al imponer la educación a distancia. De la pandemia, acabado el negocio, quedó el miedo al otro, el hábito del aislamiento, la memoria de la crisis y, en manos de la juventud, un opio que niega la comunidad, banaliza la cultura, desprecia lo próximo y difumina el territorio. Un espejito que nos borra el rostro y con él borronea también el futuro. No fue una elección, no llegó la modernidad. Fue el estado, fue el gran capital y su política de la muerte lenta, política de la deshumanización. La lista de atrocidades y engaños abarca a toda la sociedad y se extiende en el tiempo. A los pueblos, sobre la tierra, no debería faltarnos nada. Todo, todo lo tenemos. No es cierto que el agua se vaya a acabar, lo que pasa es que al paso del progreso no quedará gota sin mineral. La comida sí alcanza, la tierra sí es suficiente y la guerra es evitable. Lo que pasa es que el hambre renta, del cemento se lucra y la paz disminuye las ventas. Todo, todo tenemos sobre la tierra.¿Qué nos falta? Despertar, desechar el miedo, recogernos para andar. ¿Qué nos sobra? Las manos, los corazones, el poder que tiene la esperanza cuando se convierte en acción. |
Añadir nuevo comentario