
Hace unos días la Corte Suprema definió a la mitad de Oklahoma como un territorio indígena, lo que ha generado una luz de esperanza en otros espacios nativos de Norteamérica. En estados como Dakota y Arizona otros grupos originarios vienen lucha contra la vulneración de sus territorios. ¿Puede el caso Oklahoma generar un precedente legal a favor de los pueblos originarios en Estados Unidos?
Por José Díaz
Servindi, 17 de julio, 2020.- Hace una semana, la Corte Suprema de los Estados Unidos (EE.UU.) sorprendió con una decisión que ha llenado de ilusión a los distintos grupos indígenas de Norteamérica. Este fuero resolvió que la mitad del estado de Oklahoma se encuentra dentro de una reserva indígena, que agrupa a por lo menos cinco naciones nativas.
El fallo ratificó dos tratados firmados por las autoridades federales de EE.UU. entre 1832 y 1833, con lo cual las autoridades del estado de Oklahoma pierden poder para procesar dentro de su sistema de justicia a los nativos en esta área.
En un estado donde la tendencia racista de los juzgados y la orientación a criminalizar el activismo indígena eran la regla, esto significa sin dudas un triunfo para los nativos norteamericanos. De esta manera, los delitos domésticos que ocurran en la reserva indígena serán tratados dentro del sistema de justicia tribal de los distintos grupos étnicos que la habitan.
Sin embargo, las demandas de los pueblos originarios de Norteamérica van más allá de este fallo.
“Por muy importante y acertada que sea esta decisión, no le da nada nuevo a las tribus. Existen estas promesas y derechos de los tratados, pero las tribus tienen que litigar para hacerlos realidad, especialmente en la era moderna, porque desde el momento en que se negociaron los tratados hasta ahora, las políticas federales para los indios abandonaron el compromiso con los tratados”, explicó la profesora de derecho en la Universidad de Colorado, Sarah Krakoff al medio independiente The Intercept.
Vulneraciones históricas
En los últimos años, uno de los casos más emblemáticos de la vulneración al territorio indígena fue la construcción del ducto de petróleo Access Pipeline que está supuesto a atravesar el estado de Dakota y dentro de él a la reserva indígena Standing Rock. Luego de una serie de idas y vueltas, en las Barack Obama renunció a la obra, el presidente Donald Trump terminó imponiendo el proyecto y reprimiendo a los protestantes.
Sin embargo, en estos últimos meses otro caso generó indignación entre los pueblos originarios y activistas de EE.UU. Se trata de la construcción de un tramo del muro fronterizo entre este país y México, dentro del estado de Arizona, una de las políticas más problemáticas de la actual administración de la Casa Blanca.
En febrero de este año comenzaron las explosiociones para iniciar la construcción del muro, afectando directamente al monumento nacional Organ Pipe Cactus que abarca al desierto de Arizona en EE.UU. y al desierto de Sonora en México. Asimismo, se denunció que la construcción del muro dividiría en dos a la nación originaria Tohono O’odham.
El fallo en Oklahoma abre una pequeña ventana legal que diversos grupos nativos en EE.UU. han percibido con algo de esperanza. La pregunta cae de madura, si la mitad de Oklahoma es una reserva nativa para propósito legales, ¿por qué no aplicar el mismo criterio en Dakota o Arizona?
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— Servindi (@Servindi) July 17, 2020
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