En Honduras, organismos ambientalistas denuncian que existe un plan para acallar a los activistas.
- En lo que va del 2016 dos importantes líderes ambientales e indígenas han sido asesinadas en el país centroamericano. A nivel de Latinoamérica, se han registrado más de 80 homicidios en contra de activistas en los últimos tres años. El Perú no está exento de esta problemática con casos como el de Edwin Chota en el 2014.
Por José Carlos Díaz Zanelli
Servindi, 15 de julio, 2016.- Un fenómeno preocupante está teniendo lugar en los últimos años en Honduras. Resulta que el país centroamericano se ha convertido en uno de los más peligrosos para ejercer el activismo a favor del medio ambiente y de la población indígena. Y es que, en los últimos tres años, en Latinoamérica han tenido lugar más de 80 homicidios en contra de líderes y activistas.
El caso más reciente ha sido el de la dirigente comunitaria Lesbia Yaneth Urquía, quien hace una semana fue asesinada brutalmente en un pueblo de nombre Marcala, muy cerca de la frontera de Honduras con El Salvador.
Cabe recordar que, entre los países de Centroamérica, Honduras es el que tiene el mayor porcentaje y diversidad de grupos étnicos. Puntualmente, el 65% de la población hondureña es indígena. Esto último dota de mayor relevancia la actuación del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh), al cual pertenecía Yaneth Urquía.
La activista Lesbia Yaneth Urquía es la última víctima de los ataques en contra de los dirigentes ambientales en Latinoamérica. Foto: FrontLineHRD
Más homicidios
Este último caso, dicho sea de paso, trae a colación el asesinato de la famosa activista hondureña del Copinh, Bertha Cáceres apenas en marzo de este año. Como se recuerda, Cáceres –quien fue reconocida con el prestigioso Premio Goldman– fue asesinada y las investigaciones de su homicidio aún no se han esclarecido.
A los homicidios ocurridos en lo que va del 2016, se le debe sumar el de Antonio Luna López, activista fundador de la Asociación Hondureña de Ecología y quien en 1998 fuera asesinado por defender los bosques naturales de la región de Catacamas. Esta serie de crímenes vienen convirtiendo a Honduras en uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el activismo ambiental e indígena.
Esta situación no debería pasar desapercibida en el Perú. Cabe recordar que en 2014, el líder indígena Edwin Chota fue asesinado luego de luchar contra las mafias dedicadas a la tala ilegal. Al igual que en los casos de Honduras, las investigaciones para estos homicidios sufren una serie de dificultades, lo que proyecta una sensación de peligrosidad para el ejercicio del activismo ambiental peruano.
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