
Servindi, 26 de abril, 2023.- En los reciente años, se ha observado una creciente ola de suicidios en las comunidades indígenas del Chocó. Los habitantes se encuentran en constante miedo y angustia por la violencia del conflicto armado, al punto de atentar contra su vida.
Estos intentos de suicidio se darían por la presión que ejercen el Clan del Golfo y el ELN, grupos violentos e ilegales que operan en el país cafetero. Este sería el escenario por el cual las comunidades se sienten aterrorizadas hasta el punto de buscar huir.
De acuerdo con la Defensoría del Pueblo se han reportado cerca de 22 suicidios en lo que va el 2023. Se trataría de 15 mujeres y siete hombres, entre ellos menores de edad.
Según la entidad, los casos se han reportado en seis municipios pertenecientes al departamento de Bojayá, Alto Baudó, Quibdó, Bahía Solano, Bagadó y Lloró.
Confinamiento de las comunidades indígenas
La preocupación de los habitantes del Chocó es alarmante, pues temen salir, incluso para conseguir comida, debido a que están sujetos al confinamiento ordenado por los grupos armados, y a la posibilidad de ser desplazados forzosamente.
La problemática trasciende, ya que las comunidades mantienen un vínculo estrecho con sus territorios, lo que incluye reuniones y actividades en contacto con la naturaleza.
Sin embargo, parte de este temor también ha afectado la expresión de su espiritualidad.
“(...) Ya no podemos conectarnos con la naturaleza y estamos perdiendo nuestra cultura, formas de vestir y pensamiento. Estamos perdiendo gran parte de nuestra espiritualidad, lo que nos protegía”, expresó Hugo Neth, comisionado de la juventud regional y miembro de la mesa indígena, para El Colombiano.
Según la Oficina de Asuntos Comunitarios de la ONU, Chocó tuvo el mayor número de casos de confinamiento en 2022, con 75 865 víctimas.
Además, destacó que es el segundo departamento con la tasa más alta de desplazamiento, con 10 648 víctimas.
Mensajes de la Defensoría del Pueblo
Fuente de la imagen: Infobae
La situación es tan alarmante que la Defensoría del Pueblo ha emitido mensajes de urgencia al Gobierno para que atienda la problemática generada por el conflicto armado en la región. Estas deberían actuar frente, a lo que sería, una posible crisis de salud mental.
“Les pedimos al Ministerio de Salud, a la Secretaría de Salud del Chocó, a las alcaldías municipales y a todos los entes con competencia que establezcan programas de atención y se movilicen hasta los territorios afectados” dijo el defensor Carlos Camargo.
“(…) el Estado está en la obligación de proteger sus derechos a la vida, a la libertad y a la seguridad”, agregó.
Destacó que la angustia que experimentan las comunidades debe ser tratada con un enfoque especial en temas de la salud mental, ya que esto se debe en gran medida al entorno hostil en el que viven.
Además, afirmó que es necesaria una respuesta rápida, acorde con las prácticas tradicionales de armonización que solicitan las comunidades afectadas.
Pronunciamiento de líderes indígenas
Ante la alarmante cifra de suicidios de jóvenes, los líderes de las comunidades indígenas se han pronunciado y solicitado que se tomen medidas frente al escenario.
Isa Banuvú Caizamo, coordinadora de jóvenes del Consejo Territorial Indígena del Chocó, tuvo la oportunidad de hablar con W Radio al respecto.
Banuvú explicó que la ola de suicidios se debe al conflicto armado que se ha desatado en el territorio indígena. Además, destacó que la situación ha generado una crisis humanitaria que tiene a las comunidades en constante alerta.
"Hemos identificado dos factores fundamentales, uno de ellos es el conflicto armado y el otro es la crisis humanitaria que está afectando al departamento del Chocó. A esto se le suma el miedo constante que siente la población", expresó.
Casos recientes
Una adolescente de 15 años fue encontrada sin vida el pasado 21 de abril, al lado de una quebrada en Itagüí. La menor de edad formaba parte de la comunidad emberá chamí asentada en el municipio del sur del Valle de Aburrá.
“Pertenecía a una comunidad indígena que está asentada en el municipio. Residía en el sector La Verde. Creemos que pudo quitarse la vida”, señala uno de los vecinos.
Pero no es la primera vez que ocurre la muerte de una mujer indígena en el Valle de Aburrá. El 18 de abril, en uno de los inquilinatos ubicado en Niquitao, en el centro de Medellín, falleció Patricia Estévez Arce, quien pertenecía a la comunidad emberá katío.
Las autoridades están investigando para determinar las circunstancias que rodearon su muerte, pero hasta el momento se ha sugerido que podría tratarse de un suicidio, aunque no se sabe con certeza que la motivó.
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