
Jair Bolsonoro no es solo el único presidente que sigue subestimando las medidas de lucha contra el coronavirus, sino que las propias autoridades locales brasileñas le han dado la espalda. La sociedad de Brasil protesta contra su presidente, mientras las voces de destitución empiezan a aparecer en el país sudamericano más afectado por la pandemia.
Por José Díaz
Servindi, 3 de abril, 2020.- Parafraseando al poeta norteamericano T.S. Eliot, abril pinta para ser el mes más cruel. No solo en los Estados Unidos, nuevo foco de la pandemia del COVID-19, sino a nivel global. En América Latina, el país que será más golpeada por esta situación parece ser Brasil, cuyo presidente Jair Bolsonaro es el único que sigue subestimando el confinamiento como una medida contra el coronavirus.
Con 8 mil casos confirmados y más de 300 muertes, Brasil es hasta el momento el país más golpeado de América Latina. En medio de este contexto, Jair Bolsonaro no solo se ha enfrentado a los gobernadores locales que han decretado inamovilidad social en ciudades como Río de Janeiro y Sao Paulo, sino a sus propios ministros quienes recomiendan el aislamiento social en estos tiempos.
Jair Bolsonaro se ha quedado solo entre el grupo de presidentes que subestiman al coronavirus. Ha condenado a quienes piden aislamiento y repite falacias como que la píldora contra la malaria es eficaz para prevenir el coronavirus. “Dios es brasileño”, llegó a declarar en una comparecencia pública esta semana.
El presidente brasileño se resiste a tomar medidas de restricción que afecten a la economía de su país. “Los efectos colaterales de las medidas para combatir el coronavirus no pueden ser peores que la misma enfermedad”, dijo esta semana. Una postura que ya no comparten ni sus aliados Donald Trump (EE.UU.), ni Iván Duque (Colombia).
Protestas contra Bolsonaro
En medio de la crisis social, en las últimas noches, durante el momento en que los ciudadanos solían aplaudir al personal médico que lucha contra la pandemia, las vivas han cambiado por consignas de protestas contra el presidente brasileño. “¡Abajo Bolsonaro!”, se ha hecho oír junto a los cacerolazos de los brasileños.
En simultáneo con estas protestas, los gobernadores de los 27 estados brasileños han desobedecido las órdenes de Jair Bolsonaro y se rehúsan a relajar las medidas de restricción social en la lucha contra el coronavirus. Esto ha sido un signo claro de la soledad política del mandatario brasileño cuya posición podría quedar muy debilitada tras la crisis.
Como ha advertido el economista especializado en América Latina, Robert Wood, el aislamiento político de Jair Bolsonaro “ha traído algunas llamadas de destitución”. Aunque una destitución inmediata parece inviable, dadas las circunstancias que han paralizado la vida política brasileña, todo hace indicar que Bolsonaro tendrá mucho qué remontar luego de esta crisis. ¿Sobrevivirá el presidente brasileño a esta pandemia?
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