
El país sudamericano albergará la próxima COP25 y discute si en términos ambientales será un digno anfitrión. El excesivo uso industrial del agua y la alta contaminación atmosférica en sus principales ciudades son alguna de las preocupaciones de la sociedad civil chilena.
Por José Díaz
Servindi, 18 de mayo, 2019.- A fines de este año la capital de Chile será la sede de la Conferencias de las Partes (COP), el foro ambiental más importante del planeta. Sin embargo, la inminencia de este evento ha abierto un debate político y ecológico al interior del país sureño. La pregunta que enarbolan los sectores ambientales es la siguiente: ¿Será Chile un anfitrión a la altura de la más grande cumbre ambiental?
Para el director de Greenpeace Chile, Matías Asun, la economía chilena sigue siendo altamente dependiente de energías no renovables. Puntualmente, ha destacado que el consumo de agua por parte de los diversos sectores industriales es excesivo en este país, donde se augura una aguda crisis hídrica en los próximos años. Frente a ello, esta organización recomienda el establecimiento de políticas para la protección de ríos, lagos y humedales.
Aunque el agua no será el principal eje temático de la COP25, el presidente chileno Sebastián Piñera ha expresado su interés de convertir a esta edición de la cumbre en una “COP Azul”. Esto con el interés de darle un sello a la conferencia, aunque aún haga falta ver que estas intencionalidades se materialicen en políticas de gobierno.
Por ejemplo, desde sectores ambientalistas y científicos, se viene haciendo énfasis en la necesidad de que el Gobierno de Chile ponga en marcha una Política Oceánica conducida a la creación y protección de áreas marinas. Así como el destino de fondos a la conversación de áreas ya existentes como el emblemático Archipiélago de Humboldt.
¿Y la calidad del aire?
No obstante, uno de los aspectos que más llama la atención a la sociedad civil chilena frente a la COP25 es la deficiente calidad del aire en sus principales ciudades. “La contaminación del aire en nuestro país es el mayor problema ambiental en Chile por la gran cantidad de población afectada”, declaró Sara Larraín, directora del programa Chile Sustentable, quien hacía referencia a una encuesta donde la ciudadanía reveló que su mayor preocupación ambiental es la contaminación atmosférica.
Efectivamente, según datos de Greenpeace 9 de las 10 principales ciudades chilenas presentan altos niveles de contaminación en su atmósfera. Y no solo eso, sino que las presencias de partículas contaminantes tendrían incidencia directa en al menos 3.500 fallecimientos que el Ministerio del Ambiental de Chile ha asociado a la calidad de la atmósfera.
“Todavía no se puede establecer una relación directa entre contaminación y fallecidos. Pero se analizan factores como la esperanza de vida pérdida reducida, las afecciones asociadas al aire y los diagnósticos médicos para llegar a esta cifra, que en realidad creemos que ronda los 4.000 afectados”, declaró Matías Asun.
En medio de este debate nacional, Chile se alista para recibir a un contingente de 25.000 personas que llegarán a Santiago para discutir el porvenir ambiental de las políticas globales.
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— Servindi (@Servindi) 17 de mayo de 2019