
Por Wilman Caichihua Robles
8 de setiembre, 2014.- El magisterio me ha dado la oportunidad de conocer a muchos niños y niñas de las zonas rurales con extraordinarias capacidades, habilidades y talentos. Éstos están en las comunidades campesinas y en el seno de familias humildes, muchos de ellos sólo viven con sus abuelitos que hacen lo posible en educarlos al menos hasta que terminen la primaria.
Voy a referirme a Miguel, de 11 años de edad que está cursando el sexto grado en la I.E de Apumarca de la provincia de Cotabambas. Es un niño tranquilo y sereno pero con un rostro entristecido que refleja el dolor y el sufrimiento que lleva en su corazón, porque no conoce a su padre y muy poco ha recibido el cariño de su madre que tiene otros hijos y vive en otra comunidad. Hasta el momento no tiene ni DNI porque falta la firma del padre que lo abandonó.
Después de unos meses de nacido fue rescatado por sus abuelitos, porque la madre aún todavía muy joven no podía cómo criarlo; así que los abuelos decidieron tenerlo a Miguelito prodigándole mucho cariño hasta que hoy ya es casi un hombre porque está a punto de terminar su primaria.
Pero, su futuro es incierto, no se sabe si continuará o no estudiando el colegio porque los abuelos que ya son de avanzada edad son de precaria condición económica y lo peor ellos no están considerados en el Programa Pensión 65.
En su institución educativa donde estudia todos lo quieren y lo respetan. Es que ha representado a la escuela en eventos culturales porque tiene una extraordinaria voz para cantar huaynos, es un eximio narrador de cuentos y lector de libros de quechua que es su pasatiempo favorito. Él dice que aprendió a leer bien y comprender lo que dice los textos gracias a los libros de quechua que están muchas veces tirados en el aula y que los profesores no le dan importancia a pesar que saben que son quechuas.
En sus estudios está bien, es aplicado, hace sus tareas con mucha responsabilidad, pero por esta faceta a él no lo conocen; es por su inclinación artística y su extraordinaria capacidad de leer libros escritos en quechua en donde ha aprendido cuentos, leyendas e historias de los pueblos.
Ahora, se prepara para ser reportero escolar comunitario que hemos empezado a promover a través de la Red Educativa Rural “Ñawinchasun”. Está muy emocionado porque muy pronto su voz será escuchada en la capital del distrito de Mara; como hemos comprobado gracias a su capacidad de desenvolvimiento, en el futuro podría perfilar como un gran líder de la comunicación social que estos pueblos necesitan mucho.
Así, en los pueblos del Perú Profundo hay niños y niñas talentosos que muchas veces no tienen la oportunidad de seguir formándose. Sus padres o abuelos con quienes viven no tienen los recursos económicos para que los apoyen. Creemos que ahora que estamos en contienda electoral los políticos piensen en estos niños y propongan proyectos o alternativas de cómo ayudarlos a realizarse como personas o logren una profesión, ellos necesitan oportunidades y apoyo para que logren sus sueños.
Señores candidatos, no hagan que el círculo pequeño de la opulencia y la comodidad en que a veces están enfrascados les hagan insensibles y ciegos ante estos problemas. Esperamos que las próximas autoridades hagan algo por estos niños y jóvenes de las comunidades campesinas olvidadas y marginadas.