Por Raúl E. Chacón Pagán*
A principios del siglo XX, la explotación minera se intensificó en el departamento de Pasco con la llegada de la empresa estadounidense Cerro de Pasco Investment Company, que adquirió las minas de Cerro de Pasco y otras de la región. En 1915 se convirtió en la Cerro de Pasco Copper Corporation.
La inyección de capitales, tecnología y vías de comunicación reforzarían el "enclave minero", iniciándose una escalada de conflictos con las comunidades de la región a causa de la abusiva concentración de tierras y la contaminación ambiental.
En 1956 empezó la explotación a cielo abierto o tajo abierto que transformó la vida urbana y, progresivamente, la vida del entorno rural. Fue así que en 1960 varios pobladores de la comunidad campesina de Rancas fueron victimados por militares al resistirse a abandonar sus tierras. Este hecho quedó grabado en la memoria colectiva y en los libros de Manuel Scorza (Redoble por Rancas), y Genaro Ledesma (Complot) como un caso extremo de abuso generado por la presencia de la empresa.
En 1974, Cerro de Pasco Copper Corporation fue nacionalizada y pasó a formar parte de la Empresa Minera del Centro del Perú (CENTROMIN). Pero esto no fue el fin de los abusos y conflictos sociales.
En 1995 el tajo alcanzó 115 Ha para lo cual se destruyó la infraestructura urbana y gran parte de la ciudad antigua. Según diversos estudios, la actividad minera a finales de los 90 llegó a ocupar 204 Ha entre tajo y operaciones mineras y 138 Ha para depósitos de desmontes cercando la ciudad.
En 1999, la unidad minera de Cerro de Pasco es adquirida por Volcan Compañía Minera tras un proceso de privatización de CENTROMIN. Esta compañía opera en el Perú desde 1943 en los asentamientos mineros de Ticlio y Carahuacra, en Yauli, departamento de Junín. Pero es entre 1997 y 1999 que se expande con la adquisición de los yacimientos de San Cristóbal y Andaychagua, localizados también en la provincia de Yauli, y Cerro de Pasco, o Paragsha, ubicado en la provincia de Yanacancha, Pasco.
Desde entonces, dado el comportamiento poco escrupuloso de la empresa, la problemática socioambiental en Pasco se fue complicando. Así, en el 2002, el Centro Labor comprobó que en Champamarca y Paragsha, 21.5% y 45.83% de la población analizada, respectivamente, tenía elevados niveles de plomo en la sangre. De otro lado, desde el 2005 la empresa Volcan ha iniciado la expansión de las operaciones mineras en otras áreas del territorio de Rancas, sin ningún tipo de autorización o permiso de la comunidad y a veces sin la del mismo Estado.
Ante ello, la comunidad de Rancas inició en mayo pasado su más reciente lucha al movilizarse para impedir la audiencia pública en su localidad para aprobar el Plan L, uno de los proyectos de expansión de Volcan. En junio, en conferencia de prensa en el Congreso de la República, las autoridades del distrito de Simón Bolívar, donde queda Rancas, denunciaron que son víctimas de la contaminación ambiental generada por la actividad minera de tres empresas, entre ellas Volcan, que están dañando sus recursos naturales (agua, suelo y aire), alterando el paisaje e intoxicando con plomo a su población, especialmente infantil. Concluyeron su presentación exigiendo la intervención inmediata de las autoridades nacionales para resolver su problemática.
El 11 de julio, la empresa convocó a un taller informativo previo en Rancas, supuestamente para evaluar el estudio de impacto ambiental del Proyecto Ampliación del tajo abierto Raúl Rojas-Plan L. Sin embargo, en ese taller se trató de aprobar de manera disimulada e irregular la expansión minera de Volcan en los territorios comunales.
Por si fuera poco, la propia comunidad fue impedida de participar bajo el argumento de que ya no había más espacio en el auditorio, mientras que todos los asistentes eran trabajadores de la empresa y sus familiares. La reacción de los pobladores fue una inmediata protesta, exigiendo la suspensión del taller, lo cual se logró. Sin embargo, a las pocas horas, dos líderes locales fueron detenidos por la Policía de manera irregular, acusados del robo de un equipo de filmación de propiedad de la minera.
Ante ello, la población ranqueña se movilizó por las calles de Cerro de Pasco para pedir la liberación de los comuneros. La minera negó que estuviera detrás de dichas detenciones y la Policía dejó en libertad a los comuneros.
El 13 de julio, la comunidad de Rancas exigió a través de un pronunciamiento que se detenga la construcción de las siguientes obras de expansión de Volcan en su territorio: Depósito en Rumiallana, donde se acumulará el desmonte extraído del tajo abierto, y la instalación de una planta de bombeo de aguas ácidas; la construcción de diferentes instalaciones de tuberías, torres eléctricas y vías de acceso para sus maquinarias, así como otros proyectos en los parajes de Shuco, Huandowasi y aledaños; la construcción de gradas y utilización ilegal de las piedras de los monumentos coloniales; la instalación de plantas de recirculación de aguas de depósito de relave de Ocroyoc en Huandowasi; y la construcción de la planta complementaria de beneficios minerales oxidados en el paraje Chaupishuco, ubicado en las tierras de la comunidad.
Cinco días después, cientos de pobladores de diversas comunidades campesinas, ante el llamado de la comunidad de Rancas, marcharon por las calles de Cerro de Pasco para protestar por los impactos ambientales nocivos de la minera Volcan en sus territorios comunales, así como por el daño causado a la ciudad y sus pobladores. La movilización logró la suspensión de la audiencia pública del Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto Planta Complementaria de Beneficios de Minerales Oxidados, en Chaupishuco, programada por la Dirección Regional de Energía y Minas de Pasco para esa fecha.
Desde mediados de agosto, la comunidad de Rancas se encuentra en conversaciones con el directorio de la minera, esperando sean atendidas sus diversas reivindicaciones pendientes. Hoy, siguiendo su tradición de lucha, los ranqueños siguen redoblando en defensa propia y del medio ambiente.
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* Raúl E. Chacón Pagán es Presidente de la Asociación Acullicu Films, que realiza documentales sobre la problemática ambiental en relación al impacto de la minería.
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Fuente: http://www.noticiasaliadas.org/red_verde/rancas.html