Por Carlos Herz Sáenz
Haciendo uso de la delegación de facultades otorgadas por el parlamento, el gobierno emitió diversos decretos legislativos muy cuestionados varios de ellos, no solo por su contenido y orientación sino porque han evidenciado la falta de voluntad de diálogo previo con los posibles sectores afectados, por lo menos cuando se trata de aquellos grupos tradicionalmente excluidos de la dinámica social, económica y política nacional.
En particular nos preocupa e interesa hacer mención a dos de los decretos, el 1015 y el posterior 1073, referidos a la modificación de los procedimientos para tomar decisiones en las comunidades rurales de la sierra y de la selva (que era de dos tercios), unificándolos a las de la costa (mayoría simple), para simplificar y facilitar los acuerdos referidos al uso de las tierras con la participación de la inversión privada nacional o extranjera. Todo esto en el marco de la implementación del tratado de libre comercio y del mejoramiento de la producción y de la competitividad agropecuaria. Se añade a la argumentación que las normas deben contribuir a sacar de la pobreza a miles de pobladores de comunidades pobres de la misma manera como se ha ido logrando en la costa, debido entre otras causas a la modernización de sus sistemas de votación para decidir más ágilmente la venta y usufructo de las tierras.
Según el presidente de la república el no aceptar estos cambios jurídicos por parte de las comunidades significaría un siglo de atraso para las mismas, situación que él no puede permitir y que, por lo tanto, ante la aprobación en el congreso de la derogatoria de ambas normas mencionadas, el gobierno se reservaría el derecho de observarlo. El gobierno a través de varios voceros ha reconocido que no ha habido suficiente diálogo para convencer a los indígenas de las bondades de su propuesta, un simple tema de comunicación, sin renunciar a lo que considera una correcta norma. Últimamente, con el fin de intentar mayores consensos, el propio presidente estaría haciendo llegar algunas enmiendas a su ley derogada proponiendo cambios en algunos porcentajes para la venta de las tierras (mantener los dos tercios) no así en las demás situaciones (en las que se persiste con la mayoría simple), todo ello como parte de la negociación con el movimiento indígena que se ha reiniciado..
¿Que hay detrás de esta actitud autoritaria y prepotente del gobierno? ¿Es paternalismo mantener el actual estado de cosas en las comunidades?¿Que otras reflexiones podemos extraer de este conflicto?
Quisiéramos a manera de lluvia de ideas sin mayor orden, compartir algunas reflexiones a raíz de este conflicto que no se limita a un tema de porcentajes o procedimientos sino que tiene connotaciones más profundas respecto a cuanto el Perú "mayor" entiende y respeta a otros "Perú" existentes a su interior. Y de cómo se puede hacer para que realmente tengamos un país unitario en el respeto a la pluriculturalidad que nos caracteriza considerado no como una traba sino como una valiosa oportunidad para nuestro desarrollo.
1.Los gobernantes y los que toman decisiones en este país olvidan su carácter pluricultural y las enormes implicancias que tiene la diversidad cultural, más aun cuando se trata de sociedades milenarias que han ocupado las tierras amazónicas, andinas y altiplánicas, con una impresionante capacidad de resistencia frente a la permanente agresión de las sociedades occidentales.
En el caso de las poblaciones indígenas amazónicos no se trata de grupos pobres desplazados a esas zonas desde antaño por la acción del colonialismo español como señaló un connotado dirigente político y congresista perteneciente a las filas del partido de gobierno, mostrando por lo menos una desinformación sobre la historia peruana
Las comunidades amazónicas habitan milenariamente los trópicos húmedos siendo sus históricos guardianes. La complejidad geográfica tropical garantizó la sobrevivencia de sus poblaciones durante la colonia y buena parte de presencia del período republicano. Lo que ha venido ocurriendo luego, prácticamente durante los últimos cien años, ha sido una permanente agresión a los pueblos amazónicos, destruyendo sus bosques y su biodiversidad en general, desplazando a poblaciones enteras al agredir su hábitat, y cuando no generando hasta desapariciones de diversos grupos étnicos impactadas por enfermedades e invasiones violentas. Son esas intervenciones foráneas impuestas las que están en la base de la situación actual de postergación de muchas comunidades nativas. Los guardianes de los bosques jamás hubieran sobrevivido tantos siglos si su situación de pobreza que tanto pareciera preocupar ahora a los gobernantes hubiera sido una constante en el tiempo.
2.Los gobernantes y demás decisores de las políticas oficiales pareciera que también quieren encasillar a todos los peruanos y peruanas bajo un mismo rasero en función de lo que ellos perciben como desarrollo. Podemos aceptar que hay diversos indicadores y parámetros que se consideran socialmente comunes y expresan situaciones de bienestar o de carencia, y en ello se incluyen los servicios básicos de salud, educación, alimentación, etc. pero de allí a generalizar que las formas de vida y de visión de futuro y progreso en las comunidades amazónicas son indicadores de pobreza, dista mucho. Y no se trata simplemente de comparar entre nosotros como citadinos costeños y pobladores rurales tropicales, sino de respetar los diversos procesos culturales desde los cuales cada grupo social inmerso busca organizar su vida y establecer sus mecanismos de realización. Cada sociedad cultural es distinta y eso debieran tener muy claro los diversos gobiernos, más aun en realidades como la peruana, para formular y aprobar sus políticas y normas.
3.Los gobernantes y demás decisores de las políticas deberían entender y practicar que la única forma como una política de desarrollo es o será sostenible, ocurrirá cuando se diseñe y formule en base al consenso construido con los diversos actores involucrados. Y aun cuando exista un gran porcentaje de la población que responda a una determinada opción o propuesta de desarrollo, debiera aplicarse el principio de inclusión y de respeto. De lo contrario cualquier política será impuesta y no se trata erróneamente de aplicar las mayorías y minorías en temas cruciales que responden a realidades y dinámicas culturales distintas, como en estos casos en que está en juego el derecho al territorio.
4.El tema del territorio es un claro ejemplo de como el gobierno y los demás decisores de políticas no entienden la diversidad de culturas y cosmovisiones que acontecen en Perú, al intentar uniformizar los criterios de votación de la sierra y selva con la costa. Lo primero que sería necesario saber es si los mecanismos de toma de decisiones de los campesinos de la costa han sido determinantes para el incremento de la productividad y el progreso del agro en esta parte de territorio nacional o han sido otros factores los más importantes (calidad de suelos, sistemas de riego, acceso a mercados y puertos, etc.). Y también sería conveniente saber a quienes ha favorecido principalmente estos cambios, y cual ha sido el beneficio real para los campesinos de la costa que optaron por el cambio de propiedad o de usufructo de sus tierras.
Sin embargo el tema de fondo está referido a la significancia del territorio para las comunidades rurales, particularmente amazónicas. Culturalmente el territorio significa identidad y cohesión social, mas aun en sociedades frágiles como son las tropicales, La relación entre territorio, pasado, presente y futuro es determinante. Sin territorio se genera el desarraigo cultural. La dispersión y hasta la desaparición de diversos grupos culturales tropicales han sido las consecuencias de la pérdida y degradación de las tierras y la correspondiente destrucción de biodiversidad, sustento de vida de las poblaciones locales.
Las sociedades de base occidental tienen en general otra visión y expectativa del territorio, de la propiedad, del uso de los suelos, de la movilización y migración poblacional, respecto a las comunidades de los andes y los trópicos húmedos. Solo imaginemos como se podría parcelar un territorio comunal amazónico dispuesto como corredor biológico para el libre tránsito de la fauna silvestre.
Por otro lado, pareciera que el desconocimiento de la realidad de los diversos ecosistemas y su respectiva capacidad productiva, impide comprender el manejo y la tenencia de la tierra. En los suelos de la costa podemos crear pequeñas unidades agrícolas productivas y eficientemente manejadas, en la sierra éstas se multiplican, más aun si son pastizales altoandinos. Estas unidades son más extensas aun en las zonas tropicales húmedas, considerando además las características edafológicas (suelos ácidos, de escasa productividad para la agricultura intensiva).
5.Otro tema de carácter cultural que tampoco es apreciado por el gobierno y los decisores políticos que lo apoyan es el de la gestión de los recursos naturales, La realidad de los ecosistemas amazónicos y la organización tradicional condiciona una forma de gestión comunitaria, en la cual muchas de las actividades y sus beneficios correspondientes se realizan comunitariamente, por lo que también la toma de decisiones sobre el futuro de sus tierras no puede reducirse a una racional mayoría simple. Además es esa forma comunitaria la que le otorga mayor seguridad a estas poblaciones para lograr una protección mutua frente a diversos riesgos propios de estos ecosistemas (incendios forestales, inseguridad alimentaria, cambios climáticos, etc.) como también a situaciones de amenazas externas (invasiones, extracción de recursos, etc.).
6.El significado de bienestar y progreso para el poblador rural amazónico y tambIén andino no puede establecerse sin una acción concertada entre aquellos y el gobierno, Pero es más importante que sean las propias comunidades rurales las que asuman el compromiso y desafío de organizar su presente y su futuro, identificando sus problemas y debilidades como también sus fortalezas y potencialidades sustentadas en su patrimonio ambiental y cultural. Las carencias de servicios básicos que afectan a muchas comunidades rurales, así como la generación de condiciones y oportunidades para un desarrollo sostenible debe ser una responsabilidad del gobierno en sus diversos estamentos y de acuerdo a sus competencias, respetando las dinámicas culturales locales, pero también de la propia capacidad de respuesta organizada de las comunidades para aprovechar sus recursos, en las modalidades que ellas consideren mas conveniente a través de mecanismos de toma de decisión que garanticen acuerdos solventes (información, comunicación, debates, procedimientos).
7.El tema de los procedimientos de votación para decidir sobre el manejo de las tierras comunales andinas y amazónicas no puede ser analizado desde el simple modelo racional capitalista de compra, venta, alquiler, hipoteca, concesión, reventa, y demás instrumentos de negocios. Por lo mismo que la permanencia de esas comunidades depende de sus territorios, y también por lo mismo que han experimentado en carne propia constantes agresiones de toda índole (agricultura migratoria, tala ilegal, extracción de recursos mineros y de hidrocarburos, narcotráfico), es por demás comprensible que busquen los mecanismos más seguros para pretender preservar sus tierras. Ni aun así, con tales medidas preventivas, han logrado evitar tales agresiones y allí tenemos la cantidad de ejemplos que tan solo la historia reciente nos muestra como degradante para las culturas y ecosistemas andinos y amazónicos.
Y aquí cabe un complemento de análisis. No considero que, por ejemplo, las comunidades indígenas amazónicas se opongan de por sí a determinadas alianzas con iniciativas privadas y que las votaciones bajo ciertos criterios facilitarán las relaciones entre los intereses de los productores locales y los del capital externo. La única manera de lograr acuerdos seguros y sostenibles es sobre la base de la adecuada información y aceptación de las diversas opciones, en el marco de un empoderamiento de las comunidades rurales y con acuerdos que devengan en consensos y por lo tanto menos riesgos de rechazo u oposición. De lo contrario las acciones decididas aparentemente con procedimientos rápidos devienen en tensiones y conflictos que al final impedirán cualquier tipo de inversión y beneficio sostenible posterior, inclusive bajo escenarios impositivos y autoritarios, lo cual desdice de los criterios de competitividad en democracia que dice promover el gobierno.
8.El gobierno y los demás decisores políticos aducen que ningún habitante puede estar por fuera o por encima de la constitución política y de las normas establecidas, más aun en un escenario de estado nacional unitario. Eso es cierto pero habría que considerar cuanto el Estado peruano conoce, valora y respeta la existencia de sociedades culturales que no responden necesariamente a la dinámica del sistema capitalista y occidental imperante. Y no se trata de abordarlo como un asunto de mayorías (millones) contra minorías (algunos miles). Se trata de dinámicas culturales distintas más allá de los factores numéricos. Si se trata de derechos, cabe mencionar la presencia milenaria de culturas amazónicas y de sociedades andinas prehispánicas y preincas, que han tenido la enorme capacidad de manejar sus ecosistemas, transformarlos y disponerlos para atender las demandas de sus poblaciones con un enfoque y práctica de sostenibilidad. Cuando llegaron los españoles a conquistar nuestros territorios latinoamericanos ya existían las comunidades amazónicas y andinas, estas últimas muy agredidas en sus sistemas de vida durante la colonia y con una sorprendente capacidad de resistencia cultural. El surgimiento de la república, mantuvo la situación de exclusión de dichas comunidades y el desconocimiento de sus históricos roles.
Los contenidos de las diversas constituciones políticas y de sus correspondientes normas en general formalizaron esa exclusión y se generó una imposición de medidas que no solo negaron derechos sino que afectaron severamente los ecosistemas y las culturas locales con lo cual muchas poblaciones se vieron diezmadas por factores diversos (morbimortalidad, migraciones) así como postergadas en su realización humana plena (educación, salud, nutrición, seguridad), con las consecuencias del caso en términos de escasas oportunidades y condiciones para generar acciones mas sólidas de organización, negociación y elaboración de propuestas frente al gobierno central. La preocupación por dotarles de un DNI les ha permitido a muchos de esos pobladores la formalidad de una identidad, mas no la de superar su déficit de ciudadanía, su situación de habitante de segunda clase. El documento de identidad no genera automáticamente un cambio de actitud ni de valoración de un Estado que casi nada estuvo presente a favor de ellos y cuando se apareció lo hizo mayormente en forma de agresor y destructor de diversidad biológica y cultural. Para muchas de las sociedades amazónicas supuestamente peruanas las fronteras son inexistentes o innecesarias y mantienen sus vínculos ancestrales y de parentesco con sus afines en Ecuador, Colombia, Brasil o Bolivia. ¿Como cambiar esa visión de vida y de relacionamiento humano? ¿Para que cambiarla?
9.Reiterando, aun cuando el Estado Nacional se sustenta en una evidente mayoría poblacional para concebir una forma de entender el desarrollo, no será éste sostenible mientras le niegue ese derecho a otros peruanos y peruanas, que desean y practican desde hace miles de años otras formas de realización, propias de su racionalidad y cosmovisión y de sus manifestaciones culturales.
En ese escenario ¿corresponde imponerle a las poblaciones indígenas amazónicas lo que quizás con represión y autoritarismo podría lograrse como expresión de la autoridad de un Estado hegemónico, en nombre de una forma de ver el desarrollo? ¿O es la oportunidad para que el Estado -todos y todas somos el Estado- revise las relaciones entre peruanos de diversas culturas y mas bien reconstruya la política y la norma a favor de una convivencia, tolerancia y respeto a dinámicas sociales, económicas y políticas distintas, bajo el marco de una Constituyente unitaria pero incluyente y democrática?
10.Los acontecimientos actuales mas allá del elemento puntual del porcentaje de votación para la toma de decisiones sobre el uso de las tierras de las comunidades rurales de la sierra y selva, se convierte en una oportunidad para que desde el lado de éstas, se fortalezcan sus organizaciones representativas, se refuercen sus capacidades de gestión, no solo con mayores aptitudes y habilidades que les permitan hacer frente el avasallante modelo consumista occidental sino con actitudes renovadas para generar propuestas innovadoras que permitan desde la propia visión indígena atender tanto la solución a sus evidentes carencias pero también contribuir al desarrollo nacional, teniendo como base el rico y diverso patrimonio ambiental. En concreto: cual es el plan indígena para la lucha contra la pobreza y la generación de oportunidades para un desarrollo local sostenible, aprovechando sabiamente los recursos naturales existentes en forma de bienes y servicios.
Desde el lado de los gobernantes también se presenta la oportunidad de que el crecimiento se sustente en procesos equitativos e incluyentes, no solo entendido como la atención a las necesidades de los más pobres y vulnerables sino como el diálogo y el respeto a aquellos peruanos y peruanas que desde sus formas particulares de vida y de manejo de los recursos han permitido que hasta ahora el Peru y la humanidad se maraville de la existencia de un invalorable patrimonio cultural y ecológico. En concreto: cual será la relación de la sociedad hegemónica expresada en este Estado con las sociedades amazónicas y andinas que poseen sus propias manifestaciones de realización cultural, generando y respetando formas propias de organización, gestión de los recursos y los territorios, representación política local, regional y nacional, asocios con el capital privado y reglas de juego para dicha inversión, etc. aceptando que todo ello debe ser entendido y manejado de manera particular y diferente en función de las diversas realidades culturales y geográficas del país.
Esperamos que este despertar de las comunidades amazónicas no termine en un hecho puntual cuya llamarada se apague en la próxima temporada de lluvia que se aproxima. Que sea el momento de una reacción mas sostenida y una presencia en el escenario nacional con identidad, con orgullo cultural, con capacidad de organización y de propuesta, con respeto a las otras manifestaciones culturales y con exigencia de un trato similar, sin temor al progreso y a la modernidad exigiendo que esta le brinde el espacio para mostrar al mundo las potencialidades que poseen y que poseen, y que puestas en valor debieran competir bajo reglas de intercambio justo y equitativo.