Por Tsamaren
El Congreso de la República se portó como tenía que ser en un día histórico. No por el error que anunciaba el "hortelano", sino por el acierto de una decisión auténticamente democrática. Hoy es un día feliz de fiesta en Santa María de Nieva.
Por Imacita habían pasado unas 8.000 lanzas hacia el frente, que habían comenzado a llegar, las primeras, el día 7 de agosto. Eran 1024 en seis botes. Lanzaban gritos bélicos airados. Sufrieron después doce días de cansancio, hambre, frío en la noche, dudas, desprecios, burlas, amenazas y, en Bagua, disparos, pero nunca miedo.
Ahora retornan triunfalmente. Ya han llegado los de las estaciones 5 y 6. Sus gritos ahora son de victoria. Todavía se les oye en la noche. Mañana llegarán del Muyo y de Bagua, donde les pidieron que se quedasen allí una noche más para celebrar el triunfo del pueblo, todos juntos en una fusión intercultural única de los dos pueblos.
Bagua, siempre rival de Nieva, se portó admirablemente con los indígenas, y han nacido en la lucha, unas nuevas relaciones para un futuro de mejor entendimiento entre los dos pueblos unidos en una misma causa.
También llegan los de Bagua a Nieva, y todos juntos harán fiesta y darán cuenta de dos hermosos toretes con que les obsequia la municipalidad y la gerencia regional. Todos los esperan para celebrar juntos este final victorioso que compensa los sufrimientos y angustias de los días anteriores.
La gente no sabe por qué alegrarse más: si por la derrota del "hortelano" o por el triunfo indígena. Se goza esta noche a doble pulmón con gritos y "urras" interminables. Esperan para, a doble carrillo, dar cuenta de una sabrosa carne que fortificará y elevará más sus ánimos.
En las fotos se ve que la gente lleva la bandera nacional al entrar en la plaza de Santa María de Nieva. Ellos son los que, según algunas autoridades, ¡habían preparado un complot contra el Perú! Ésa fue la genial visión del primer ministro, para quien las protestas ameritaban nada menos que un estado de emergencia. Ellos han llenado del más puro oxígeno, el de la democracia, al país y principalmente al Congreso, ya que si fuese por ellos éste seguiría dormitando en la ignorancia y el engaño.
Hoy es un gran día que hay que celebrar. En el salón parroquial se ha reunido la Comisión de lucha presidida por Santiago Manuig, que demostró gran talla de líder y asustó al aprendiz de ministro Brack. ¿Qué caída en picada del señor Brack, en pocas horas, cuando el día 15 puso en evidencia maneras aprendidas de sus actuales jefes políticos! ¡Él que se presentaba como una nueva imagen para el diálogo!
Son datos para una historia de dignidad y también de aprendizaje para un país cuya riqueza cultural e histórica reposa en su herencia indígena.