Por Juana Huancahuari Paucar (*)
Ante la rutinaria celebración de nuestras autoridades por celebrar el 12 de octubre el "Día de la Raza" y del "Descubrimiento de América" se torna indispensable reflexionar sobre las acciones que debemos tomar en esta fecha considerada como la más importante de la historia de nuestro continente, por cuanto significó un cambio brusco en el milenario recorrido de las hoy conocidas culturas precolombinas.
En esta fecha, no faltarán los centros educativos que enviarán a sus alumnos a preparar materiales por este día y saldrán en pasacalle disfrazados de españoles, de colones, de reyes y de indiecitos.
Es necesario recordar que la conquista y la colonia significaron el etnocidio de millones de personas y aquellos que sobrevivieron quedaron en situación de esclavitud y servidumbre. Luego de 515 años, hemos heredado esa condición de dependencia y exclusión.
¿Qué hacer?
Hoy, no necesitamos avivar el rencor ni la venganza. Necesitamos recuperar la creatividad y la iniciativa de nuestros mayores, que tanta fama nos dan en el mundo. Reencontrémonos con nosotros mismos y recuperemos nuestra estima.
Ha llegado la hora de recuperar la voz, la palabra acallada por tantos siglos de dolor y saqueo.
Identifiquémonos abiertamente con nuestras costumbres y salgamos en pasacalle a homenajear a nuestros antepasados, porque ellos entregaron sus vidas para que no muriera el ayllu, la comunidad, el pueblo, la vida.
Preparemos una comida especial en recuerdo de nuestros mayores y bebamos una chichita burbujeante con la convicción firme de que no han podido destruirnos, no han podido desaparecernos y aquí estamos resistiendo, esperando nuestra oportunidad de recrear y salvar nuestros sueños.
Bailemos el reencuentro con nuestras raíces y renovemos el compromiso de preservar y mejorar nuestras mejores tradiciones y costumbres.
En esta fecha, reafirmemos nuestro runa simi (quechua). Enseñemos a nuestros hijos el dulce y sonoro idioma que heredamos y llevemos a los niños a las calles para hacerles sentir que resistir como resistimos diariamente es un acto de dignidad y honor.
Dejemos de lado los falsos descubrimientos, y desterremos la palabra "raza" de nuestro vocabulario, hoy que la ciencia nos da la razón.
Difundamos y hagamos respetar nuestros derechos individuales y colectivos, hoy que nos ampara la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU.
Luchemos por erradicar la discriminación, la segregación, la marginación, la exclusión y el abuso. Y luchemos también por el resarcimiento político, social, territorial, ambiental y cultural a estos pueblos originarios.
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(*) Juana Huancahuari Páucar es Congresista de la República, quechuahablante y ex Presidente de la Federación Agraria de Ayacucho (FADA) organización representativa de las comunidades campesinas y productores agrarios de Ayacucho.
Congresista de la República.