El conclave de pueblos indígenas reunido en New York exhorta a los estados de Asia y el Caribe a que no apoyen la moción de procedimiento para retrasar una decisión sobre la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas del Mundo. Es imperioso que todas las organizaciones indígenas y de derechos humanos se pronuncien y soliciten a los estados no dar marcha atrás y demandas que la Asamblea General de la ONU aprueba la declaración aprobada el 29 de junio por el Consejo de Derechos Humanos.
La propuesta de Namibia presentada en nombre del Grupo Africano (que sugiere que se posponga cualquier decisión sobre la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas) es, en efecto, una moción de no proceder. Si es aprobada, el resultado más probable sería que las Naciones Unidas no adopten nunca la Declaración.
Por motivos históricos, los pueblos africanos, asiáticos y del Caribe y los pueblos indígenas siempre se han apoyado en términos generales y en varios procesos de la ONU. Es con gran pesar que los pueblos indígenas notan que, a pesar de tener una historia, privaciones y preocupaciones similares, el Grupo Africano actualmente tiene una postura que probablemente descarrile todo el proceso de la Declaración indígena.
Los pueblos indígenas del mundo exhortan a los estados de Asia y del Caribe a que voten en contra de cualquier propuesta para posponer una decisión sobre la Declaración indígena.
Comunicado del cónclave de pueblos indígenas del mundo reunido en la ONUÂ
En una enmienda propuesta a la resolución anterior presentada por Perú, Namibia, actuando en nombre del Grupo Africano, está pidiendo que la Asamblea General de las Naciones Unidas posponga una decisión sobre la Declaración indígena. La enmienda es presentada como amistosa y de poca importancia significativa.
Namibia dice que sólo necesitan un poco más de tiempo para estar preparados para apoyar la Declaración. No se explica, sin embargo, qué actividades se planean que permitirían a Namibia, Botswana y los demás apoyar la Declaración dentro de algunos meses.
La propuesta africana a la Asamblea General de la ONU es –tanto en relación a la forma en que ha sido presentada, como en el efecto que tendría- la misma propuesta que hizo Canadá en junio al intentar evitar que el Consejo de Derechos Humanos adoptara la Declaración indígena.
Se ha reconocido ampliamente que la intención que yacía detrás de la propuesta de procedimiento de Canadá en el Consejo de Derechos Humanos era descarrilar todo el proceso de la Declaración. Además, si bien fue expresada en otros términos, la propuesta canadiense en el Consejo de Derechos Humanos fue vista en general como una moción para no tomar ninguna acción.
La enmienda presentada por Namibia en nombre del Grupo Africano es también, en efecto, una moción para no proceder y debería ser tratada como tal. El resultado más probable de la propuesta –si es adoptada- sería evitar que las Naciones Unidas adopte una Declaración que apunta a incluir en la comunidad mundial a más de 370 millones de indígenas que, como demuestran todas las estadísticas, están entre las personas más discriminadas y empobrecidas del mundo.
Al explicar sus problemas concretos respecto a la Declaración indígena, Botswana ha afirmado que la Declaración, entre otras cosas, amenaza la integridad territorial de los estados y da un reconocimiento general para que los grupos tribales logren una autodeterminación política y económica plena. Botswana además afirma que cualquier grupo podría alegar ser indígena bajo esta Declaración. La declaración de Botswana muestra una similitud llamativa con las intervenciones anteriores de Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos.
Los expertos legales internacionales y una amplia mayoría de estados han llegado a la conclusión de que las intervenciones de EEUU, Nueva Zelanda y Australia contienen interpretaciones exageradas, altamente inexactas y perjudiciales de la Declaración indígena. Estas intervenciones generalmente han sido vistas como parte de una estrategia para crear temores injustificados.
Los pueblos indígenas sienten una enorme simpatía por los pueblos africanos, asiáticos y del Caribe. Condenamos los crímenes cometidos durante el período de colonización contra el continente africano y asiático, así como las islas del Caribe. Celebramos la creación de estados independientes en estas regiones.
Reafirmamos que las antiguas potencias coloniales tienen una enorme deuda que pagar a las antiguas colonias. Apoyamos, como siempre lo hemos hecho, a África, Asia y el Caribe en cualquier reclamo de este tipo. Parte de nuestro apoyo a estos reclamos radica en que muchos de nosotros hemos sufrido privaciones similares.
Muchos de nosotros tenemos experiencia de primera mano con la crueldad que puede conllevar la colonización. Es por lo tanto natural que los pueblos indígenas hayan apoyado las posturas africanas, asiáticas y del Caribe repetidamente en procesos como la OMC, OMPI, y el CDB, así como en el debate sobre el racismo y la discriminación.
Dado este trasfondo, esperamos y confiamos que los países africanos, asiáticos y del Caribe comprenderán que los pueblos indígenas necesitan una Declaración que respete plenamente la dignidad y los derechos igualitarios para los pueblos indígenas, y que, a la vez, resguarde los intereses genuinos de los estados. Nos entristece enormemente que el Grupo Africano actualmente haya tomado una postura que no puede tener un resultado positivo, sino que implica un riesgo serio para la Declaración indígena en su integridad.
Esperamos sinceramente que los pueblos africanos puedan estrecharle una mano a un grupo de pueblos que ha sufrido injusticias similares a las que han padecido los pueblos africanos. Esperamos genuinamente que los estados africanos no sigan alineándose en nuestra contra con Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Estados Unidos. Si la postura africana no cambia, los pueblos indígenas del mundo exhortamos a nuestros hermanos y hermanas de Asia y el Caribe a votar en contra de cualquier propuesta para posponer una decisión sobre la Declaración indígena.
Emitido en la sede de la ONU por el Cónclave de Pueblos Indígenas el 15 de noviembre de 2006