Servindi, 18 de noviembre, 2009.- Las fuertes críticas hacia el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, no se hicieron esperar tras su decisión de no firmar un tratado en la COP15 - Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de Copenhague, en diciembre próximo.
"Está claro que Obama no ha tenido la voluntad de invertir seriamente su capital político en la lucha contra el cambio climático", declaró por un lado Bill McKibben, autor del libro 'El fin de la naturaleza' y fundador de la campaña 350.org.
Además señaló que el presidente no ha sabido trasmitir la urgencia real del problema a los norteamericanos... Pero está claro que los ciudadanos van por delante de sus líderes en muchos puntos del planeta.
Y expresó sus intereses en que las presiones de Europa y de los países en desarrollo más vulnerables den sus frutos con respecto a la firma a de un tratado con compromisos obligatorios para reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
Como se recuerda la cumbre de Copenhague tiene como objetivo la firma de un tratado mundial que sustituya al Protocolo de Kyoto, que está a punto de expirar. Sin embargo, China y Estados Unidos adelantaron su decisión de no firmar este eventual documento.
Consideramos que no es realista alcanzar un acuerdo internacional vinculante que pueda ser negociado en Copenhague, ya que comenzará en pocos días, declaró el viceconsejero de Seguridad de la Casa Blanca, Michael Froman.
Por su parte, China sólo está dispuesta a actuar en la dirección de Washington y la misma posición adoptaron Indonesia y Japón, otros de las países generadores de dióxido de carbono.
Como se sabe, el principal objetivo de esta cumbre es la firma de un convenio con pautas obligatorias para que los países más contaminantes del mundo reduzcan sus emisiones de dióxido de carbono, lo cual se vería frustrado con las recientes declaraciones de la Casa Blanca.
En lugar del convenio, ambos países propusieron un pacto en etapas que consiste en una declaración de intenciones, que postergará los compromisos obligatorios, tal vez, para la próxima conferencia prevista para 2010 en México.
Para Jake Schmidt, responsable de cambio climático en el Consejo Nacional para la Defensa de los Recursos Naturales (NRDC), la decisión de Obama servirá "para ganar un tiempo extra beneficioso", lograr probablemente la aprobación de la ley del cambio climático en el Senado y acudir con impulso renovado a la cumbre post-Compenhague que se celebrará en el 2010.
También es importante señalar la postura inicial del presidente nosrteamericano, quien emprendió un discurso alentador sobre la disminución de emisiones de dióxido de carbono del 20% en el 2020 y del 80% en el 2050 -algo bastante difícil sin un acuerdo de este tipo-.