Servindi, 29 de junio, 2009.- Las diversas organizaciones que conforman el movimiento "Sin maíz no hay país" exigieron al presidente de México no admitir la autorización para la siembra de maíz genéticamente modificado, también llamado transgénico.

Durante una manifestación frente a la residencia oficial de Los Pinos y vestidos como servidores públicos, denunciaron que si se autoriza la siembra experimental se expone la producción maicera a una alta fuente de contaminantes.

Además el movimiento advirtió que se pretende privilegiar a la empresa de agrobiotecnológica Monsanto debido a que prometió invertir en 200 millones de dólares a fin de que se permita la liberación de este tipo de grano modificado.

La movilización se realizó con motivo de entregar una carta al titular del Ejecutivo Federal, en la que se defiende la soberanía alimentaria. Allí exigieron que al gobierno cumpla con respetar la Constitución prohibiendo los cultivos de maíz transgénico.

No es el primer país que se viene oponiendo a la práctica de la empresa estadounidense Monsanto. Varios países de Europa han manifestado su abierto descontento con la producción transgénica y en especial a la presencia de dicha compañía.