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Pandemia e indígenas mexicanos en el corazón de NY

La Asamblea en “Unión Square”, Manhattan NY.

El recinto de las Naciones Unidas en los “rascacielos” de Nueva York, hace que confluyan los idiomas de grandes imperios, pero también de pequeñas aldeas que hacen oír su voz al mundo. Hoy, en Manhattan, se escuchó fuerte la lengua de los pueblos indígenas de Guerrero y esperamos que su voz haga eco en las autoridades competentes de nuestro país.  

Por Marcos Matías Alonso*

22 de diciembre, 2020.- El 18 de diciembre de 2020 indígenas mexicanos de diversos estados de la República, realizaron su "Primera Asamblea de Pueblos Indígenas y Originarios en NY". El evento lo hicieron en el marco de las celebraciones del Día Internacional del Migrante, que las Naciones Unidas celebra desde el 2000.

Por la presión del flujo migratorio a nivel mundial, en 1990 la Asamblea General de la ONU adoptó la Convención Internacional sobre la protección de los derechos de los trabajadores migratorios y sus familias.

Los indígenas migrantes mexicanos tienen, en la anterior Convención y otros instrumentos jurídicos internacionales, las bases para defender sus derechos migratorios en un país como Estados Unidos de Norteamérica. Su “Primera Asamblea” aglutinó a migrantes de las lenguas indígenas Tu´Un Saavi, Me´Phaa, Ñoon Dann y pueblos Nahuas y Afromexicanos de diversos estados de la República mexicana.   

Saúl Rivera, Tuu Savi de Metlatonoc de la Montaña de Guerrero y Gloria Tadii, Cuicateco de Oaxaca, condujeron su Asamblea en la plaza histórica de “Unión Square”, cerca del corazón financiero de Manhattan.

Manos indígenas ondearon la bandera mexicana en un anochecer con helada y un fuerte frío que entumía el corazón. La música de viento tocaba melodías con profundo recuerdo a la raíz de su patria lejana. Hubo diversas intervenciones para recordar rabias y dolores. La pobreza y el hambre de sus regiones los hizo buscar nuevos horizontes en el país norteamericano.

El tlapaneco y el mixteco de la montaña de Guerrero hicieron eco en el país de los “rascacielos”.

En Manhattan, las lenguas indígenas manifestaron voces de alegría y de tristeza. El tlapaneco y el mixteco de la montaña de Guerrero hicieron eco en el país de los “rascacielos”.

Con dos sentimientos encontrados reiteraron sus esperanzas: “Soñamos con volver a nuestro país. Queremos que en Norteamérica respeten nuestros derechos humanos". Su mexicanidad e identidad indígena está firme, a toda prueba, y es inclaudicable su voluntad en defender sus derechos humanos en una ciudad cosmopolita como Nueva York.

Carmen de la Rosa y el Cónsul mexicano presentes en la Asamblea de “Unión Square”, NY.

Presente el recuerdo de su patria lejana. En una reflexión poética, Saúl Rivera leyó fragmentos de un poema escrito por su progenitor:

“Soy el hijo de una mujer Yuvinami. El que nació en el pueblo de Yuvinami. El hombre de la lengua de la lluvia. Muy lejos se ha quedado mi pueblo. Adonde estoy, llevo nuestra lengua. Añoro la tortilla circular blanca. Igual a la luna y el sol. Circular o redondo como el mundo. Cuando me vine, aún te vi. Me despedí, como fue por mis papás. Lloraron como yo lloré al dejarlos. Emprendí el camino para llegar aquí. Este es el sueño americano. El billete verde es codiciado. Varios son los Yuvinos que llegamos. Hablamos y cantamos la lengua. Regresaré un día a mi pueblo. Deseo ver tocar la banda musical. Mujer de huipil te veo bailar. Hablemos la lengua de la lluvia. Que nunca muera la lengua materna. Estoy en esta lejana nación. Mi México único. Guerrero mi estado. Donde nací el pueblo Yuvinami. En las noches te sueño. Lejos huele a somerio de copal. Que olvide a mi pueblo, jamás. Mañana emprenderé el camino. Ver el paisaje de lluvia con el sol. El ilegal de esta nación se regresa. Tengo el boleto de avión. Mamá Yuvina no llores. No creo tardar en llegar. Ya voy con ustedes los Yuvinos-Yo”

Zenaida Cantú expresó: "Lloramos nuestro dolor. Nadie nos escucha. El hambre obligó dejar a nuestro pueblo. Somos los olvidados en México y en EE.UU. Es tiempo que nos escuchen y nos vean".

Inevitable el tema de la pandemia que ha causado muertes en los indígenas migrantes. Exigen que el Consulado de México en NY atienda los diversos reclamos emergentes por la pandemia. Hospitalizaciones, defunciones y la economía destrozada por el cierre de sus fuentes de trabajo, son algunos de los principales problemas que afectan a los indígenas migrantes.  

El frío neoyorquino aumenta conforme avanza la noche. Como suele ocurrir en Manhattan, las sirenas de las patrullas no paran de “aullar”. Al cierre de la Asamblea, al Dr. Jorge Islas López, del Consulado de México en NY, le exigieron no ser abandonados por el gobierno mexicano en EE.UU. "No pedimos caridad. Exigimos dignidad y respeto a nuestros derechos humanos". 

No pedimos caridad. Exigimos dignidad y respeto a nuestros derechos humanos. 

Con música de viento y la danza del torito, la ciudad helada y con la pandemia sobre las calles de Manhattan, los representantes de la Asamblea entregaron al Cónsul una carta dirigida al Presidente de la República, al Canciller y a la Secretaria de Gobernación de nuestro país. Resumo sus principales planteamientos:

La música de viento en Manhattan y su “Danza del Torito”

Acoso de los agentes de migración que rechazan la presencia de los indígenas migrantes en Norteamérica. Deportaciones forzadas, con la consecuente violación de sus derechos humanos. Las deportaciones los obliga a sobrevivir sin tener acceso a la salud, educación y la asesoría jurídica para defender sus derechos. Hay indígenas enfermos y contagiados por el COVID-19 sin recibir ningún tipo de ayuda ante esta emergencia sanitaria. La mayoría sin poder salir a trabajar y muchos de nuestros hermanos han muerto en la distribución de alimentos en bicicleta.

Sobre el COVID-19 enfatizan:

“Desafortunadamente, los migrantes de los pueblos indígenas… hemos sufrido contagios y aniquilación por el COVID-19…, estamos enfrentando al asesino silencioso…, nuestros hermanos migrantes indígenas en su actividad cotidiana de tener que comer, han sido atropellados en sus jornadas de reparto de alimentos a domicilio…”.

Muchos indígenas han muerto y varios sobreviven en hospitales sin recibir los servicios indispensables para luchar por su vida.

Foto de Lenin Mosso y Ximena Natera (Pie de Página). Féretro de un indígena migrante de la Montaña de Guerrero, fallecido en septiembre del 2020 en Bronx, Nueva York

Nueva York ha sido epicentro mundial de la catástrofe causada por el COVID-19; nuestros hermanos indígenas mexicanos y latinoamericanos, han sido víctimas que no han recibido la ayuda humanitaria, ni de sus países de origen y tampoco de los Estados Unidos de Norteamérica. No es tardío corregir esta injusta relación de los indígenas migrantes, que por décadas han contribuido con sus remesas a la economía de sus países de origen.  

Al consulado mexicano con sede en Nueva York, la Asamblea de Indígenas Migrantes solicita lo siguiente:

a) Abrir una línea de comunicación con el Consulado para la atención de diversas emergencias que afrontan permanentemente.

b) Facilitar la repatriación de indígenas migrantes a sus lugares de origen, sobre todo a los fallecidos por el COVID-19.

c) Promover visas humanitarias a EE.UU para familiares que han sido victimas por el COVID-19.  

d) Defender sus derechos laborales y que los trabajadores cuenten con seguro de vida contra accidentes en jornadas de trabajo.

e) Apoyo para interpretes bilingües (lenguas indígenas-ingles) en la Corte, en los hospitales y en centros educativos.

f) En Nueva York, promover actividades culturales de los pueblos indígenas de México. 

Al concluir la lectura del documento, Jorge Islas López, Cónsul General de México en Nueva York, se comprometió enviar sus propuestas a las altas autoridades de México para dar seguimiento a su demanda. En su intervención, anunció su decisión de designar a 5 representantes del consulado mexicano para dar seguimiento a sus peticiones y reiteró que el consulado defenderá de los derechos de los inmigrantes, “independientemente de su calidad migratoria”.

Carmen de la Rosa, la joven legisladora de Nueva York, cerró el evento con un claro mensaje: "Gracias por su valentía y fuerza de levantar la voz. Me comprometo hacer llegar sus demandas a las autoridades norteamericanas para encauzar sus preocupaciones...". 

La congresista C. de la Rosa nació en República Dominicana y desde su niñez arribó como migrante a la ciudad neoyorquina. Ella vivió en carne propia todos los temas de agentes migratorios, discriminación y racismo en una ciudad que rechaza a los latinos y a los mexicanos.  

La legisladora Carmen de la Rosa

A distancia, reconozco el esfuerzo de nuestros hermanos indígenas que luchan en Norteamérica para defender sus derechos indígenas, como mexicanos y como seres humanos que luchan por sobrevivir en una ciudad cosmopolita. Una ciudad en donde se hablan más de 500 lenguas de todo el mundo.

El recinto de las Naciones Unidas en los “rascacielos” de Nueva York, hace que confluyan los idiomas de grandes imperios, pero también de pequeñas aldeas que hacen oír su voz al mundo. Hoy, en Manhattan, se escuchó fuerte la lengua de los pueblos indígenas de Guerrero y esperamos que su voz haga eco en las autoridades competentes de nuestro país.  

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*Marcos Matías Alonso es investigador titular del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS). También es miembro del Consejo Estatal Indígena de Guerrero. Durante su trayectoria ha ayudado a fundar varias organizaciones indígenas.

 

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