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Perú: Compartiendo aprendizajes y reflexiones de la III Convención de Facilitadores

Por Rodrigo Arce Rojas*

Con marcado éxito se desarrolló en Lima durante los días 26, 27 y 28 de junio la III Convención de Facilitadoras (es) del Perú que en esta ocasión fue convocado bajo el lema de “Creando Redes”. Queremos compartir algunos de los principales aprendizajes y reflexiones derivadas de las sesiones.

Desde la perspectiva de Beatrice Briggs, del Instituto Internacional de Facilitación y Cambio (IIFAC), la facilitación implica contribuir a la generación de condiciones que ayuden a la gente a aprender, pensar en conjunto y encontrar soluciones a los desafíos de enfrentan. Los facilitadores (as), que se concentran fundamentalmente en el proceso de un evento, tienen la firme creencia de que los participantes son capaces de hallar la forma de salir adelante. En tal sentido las funciones del facilitador(a), según la Sra. Briggs, son:

  • Mantener encaminado al grupo
  • Crear un ambiente de confianza y seguridad
  • Equilibrar la participación
  • Mantener el orden en el que hablan las personas
  • Registrar las ideas clave
  • Ser neutral en cuanto al contenido

Conociendo la diversidad de expresiones de facilitación en el Perú y en otros países el reto está en encontrar una definición que tenga la virtud de integrar las diferentes prácticas para darle un marco teórico a la facilitación que permita a su vez un ordenamiento metodológico. Nos queda claro que la facilitación escapa largamente el ámbito de los eventos. De ahí la importancia de avanzar hacia la facilitación de procesos sociales.

De todos los componentes de la definición de facilitación existen dos temas fundamentales: i) El acuerdo social y ii) el cambio. Pero hay que entender que si bien es cierto la facilitación opera fundamentalmente a través de los grupos también es posible reconocer otros espacios. Diría que estos espacios son:

  • La persona como individuo
  • El colectivo con diferentes expresiones numéricas y de tipo de relaciones (amicales, conocidos, colegas, familiares, actores de un proceso)

La aplicación de la facilitación a la persona como individuo se sustenta en su compleja naturaleza biopsicosocial. Consecuentemente las personas como individuos también necesitan ponerse de acuerdo consigo mismo para tomar decisiones y actuar para el cambio. En el mundo de la propia persona se agitan por influir en la toma de decisiones el consciente y el inconsciente, la racionalidad y la emotividad, sus convicciones y la influencia de la cultura y los medios de comunicación. Podemos apreciar entonces que incluso la interculturalidad empieza con uno mismo. Todo esto es el campo de la autofacilitación donde cada uno de nosotros tiene que aprender a manejar todos estos factores para lograr tus objetivos existenciales.

Ahora bien, no se trata de quedarse únicamente en la dimensión individual porque inmediatamente salta el hecho de que como ser social siempre eres parte de un proceso colectivo. Es ahí que podemos reconocer la estrecha interrelación entro lo individual y lo colectivo y que uno modela y retroalimenta al otro. Es un binomio individuo-sociedad.

Es importante reconocer que cualquier proceso de facilitación fundamentalmente tiene una orientación de aprendizaje y de toma de decisiones para el cambio. Aquí cambio se entiende como el proceso de pasar de una condición determinada a otra superior por lo tanto siempre hay lugar para estar hablando de definir nuevas metas y nuevos horizontes. Esto es, incorporar la cultura del mejoramiento continuo que permita ampliar siempre las potencialidades y facultades de las personas así como el ejercicio pleno de sus derechos.

Este enfoque no cambia así estemos hablando de facilitación en procesos culturales, deportivos, religiosos o de cualquier otra índole. La diferencia está en cuál o cuáles son las entradas que privilegias: la mente, el cuerpo, el corazón o el espíritu pero que al final todos se interrelacionan, en mayor o menor medida según el objetivo del proceso. De ahí que hablemos de un enfoque ontológico de la facilitación.

Hemos escuchado en otros espacios la calificación de “dinamiqueros” con cierto aire de subestimación. Esto radica en el hecho que nuestra cultura ha privilegiado la entrada mental en los procesos de aprendizaje. Esta visión fragmentada pierde la valiosa oportunidad de hacer trabajar al lado derecho del hemisferio cerebral y también descuida la importancia de los sentidos. Aprender con todo el cuerpo toma real significado si recuperamos el enfoque ontológico o la persona como un universo completo que integra la mente, el cuerpo el corazón y el espíritu.

En la Convención hemos saltado, bailado, cantado, gritado a rabiar y claro que hemos aprendido mucho y nos hemos divertido a raudales. Quiero reivindicar a nuestros colegas animadores que nos han enseñado a aprender con todo el cuerpo. Visto de esta manera la música, el teatro, el clown, el cuento, la danza, la improvisación cobran real importancia en el ejercicio de la facilitación. A decir de Hernán Vélez y Eduardo Barros es lograr la reflexión activa a partir de la apertura de nuevos canales cognitivos.

Con César Avilés aprendimos que el proceso de las dinámicas tiene las siguientes etapas: selección, adaptación, encuadre, clima, instrucciones, verificación, desarrollo, recolección de datos, selección de datos y generalización del aprendizaje. Las dinámicas tienen una estructura original pero pueden ser recreadas a la luz de las condiciones del lugar de actuación. Esto es importante para lograr que sean culturalmente sensibles.

Con Sharon Almerigi, de la Asociación Internacional de Facilitadores, aprendimos que la conversación enfocada pasa por abrir los canales sensoriales que permitan obtener los datos y la información objetiva de contextualización. De esta manera se pasa a las siguientes etapas: reflexión, interpretación y decisión.

La conversación enfocada es muy efectiva sin embargo bajo condiciones de complejidad es importante también desarrollar una metodología más compleja. Esto es jugar con el pensamiento convergente y divergente, cambiar de roles entre grupos, cambiar de roles en el mismo grupo. Cuando tienes en el proceso un universo muy grande de intereses, posiciones y necesidades no es suficiente administrar la superficie de los significados de las palabras. De ahí la importancia de aprender a trabajar en la gestión de paradigmas.

Como facilitador comprometido te interesan que al final las decisiones tengan sentido de sostenibilidad y ejercicio pleno de los derechos humanos. En tal sentido, desde mi perspectiva personal, tienes licencia para hacer consistencia con preguntas impertinentes e irreverentes, configuras escenarios, provocas que el grupo analice las implicancias de la decisión que quieren tomar.

Aquí no estamos hablando de una neutralidad aséptica sino de un compromiso con la sostenibilidad y el ejercicio pleno de los derechos humanos. No quiere decir que intervienes con tu posición personal sino que provocas que el grupo analice a profundidad los impactos de su decisión. Es aquí donde la pregunta y la repregunta tienen un valor fundamental en los procesos de reflexión colectiva. Estos aspectos son importantes a dilucidar porque como facilitador puedes ser contratado bajo diferentes marcos políticos y económicos y es importante que la facilitación contribuya a la sustentabilidad. Una facilitación neutra puede caer consciente o inconscientemente a la manipulación y eso no estamos buscando.

La facilitación, desde nuestra propia perspectiva, refiere a esfuerzos deliberados de gestionar los paradigmas, los pensamientos, los sentimientos, las actitudes, discursos y prácticas en pro de desplegar el conjunto de facultades, capacidades, potencialidades de las personas tanto a nivel individual como a nivel colectivo para contribuir a construir a acuerdos sociales de calidad, (equitativos y sustentables) y favorecer la acción orientada a mejorar la calidad de vida de las personas respetando la naturaleza y al cosmos. Siento que la III Convención de Facilitadoras (es) ratifica esta comprensión de la facilitación. Es importante avanzar hacia una definición operativa que sea inclusiva de las diferentes prácticas y perspectivas.

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* Rodrigo Arce Rojas es Ingeniero Forestal, consultor forestal y facilitador de procesos sociales. Su correo electrónico es rarcerojas@yahoo.es y su celular el 01-998761315

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