Con nuestra marcha el pueblo Misak y Nasas ratifica y reafirma con claridad que luchamos por una causa propia y una causa común que nos liga a los otros. La causa propia la entendemos como el deber y derecho a salvaguardar nuestra propia existencia como pueblos, la entendemos desde la responsabilidad de mantener vivo nuestro Deber y Derecho Mayor; aquella que nos creó, de la cual nacimos y que nos puso en estos Territorios del Kauka para que permaneciéramos en ellos por siempre.
Asumir la defensa del territorio, de nuestra casa, es asumir nuestra propia defensa, porque nosotros somos el territorio, en él esta nuestro pensamiento, nuestra memoria, porque somos semilla de esta tierra y no de otra. Esa es la tarea encomendada a cada cultura desde el conocimiento propio: cuidar, recrear y compartir el territorio y todo lo que vemos y no vemos pero que en él se encuentra para ser devuelto a las generaciones que aun no han nacido.
Por encima de todo debemos defenderla y defendernos del saqueo, la explotación y la destrucción ejercida por aquellos que desde siempre, con diferente ropaje pero con la misma codicia, han usado el engaño, la violencia, el terrorismo y la mentira para someter nuestros territorios y poblaciones a sus intereses privados.
Debemos defenderla de la falsa democracia y los gobiernos de turno que desde las elites de poder al servicio de sus propias empresas y el gran capital transnacional, impone leyes de despojo y de muerte. Defenderla de las multinacionales de la fe que buscan domesticarnos y desde el fanatismo creado enfrentar hermanos con hermanos. Defenderla de la cultura hegemónica impuesta en todo nuestro continente desde el sadismo de los asesinos y la demencia de mercado.
La Causa común la entendemos precisamente como la lucha conjunta de todos los pueblos y clases sociales sometidas a este exterminio, opresión y miseria por parte de los gobiernos del estado Colombiano mediante el uso y práctica diaria de la guerra sucia y la imposición de sus leyes que con armas o sin ellas desplaza y condena a muerte a todo aquel que exige y reclama sus derechos para poder vivir dignamente como ser humano. Es claro que el estado tiene con los pueblos originarios de Colombia una deuda histórica, territorial, cultural y ecológica por su genocidio y robo cometido por más de cinco siglos igual lo siguen haciendo, el cual no ha sido asumido por los gobiernos.
Existe en nosotros la convicción de que los pueblos indígenas de Colombia estamos unidos por la causa
común, por eso es grande nuestras fuerza y está basada en la autonomía de nuestros gobiernos mediante la recuperación de la memoria, sabiduría y pensamiento ancestral que fundamenta el control cultural de nuestros territorios.
Hoy sentimos y estamos presentes en la lucha y construcción de caminos colectivos de unidad respetando nuestras diversidades ante las graves amenazas que representa las invasiones manifestadas en los TLC con Estados Unidos y la Unión Europea, las reformas legislativas nacionales de paramos, desarrollo rural, planes de aguas, minas, bosques, canje de deuda por naturaleza, servicios ambientales, y la imposición de una guerra (recuperación social del territorio con la estrategia de Plan Colombia) que busca desterritorializar y reconfigurar asentamientos, poblaciones y culturas para colocarlos al servicio de los megaproyectos e intereses de las empresas transnacionales de la industria extractiva, turística, medio ambientales, farmacéuticas, patentes de las formas de vida, entre otras.
Repudiamos y rechazamos todos los actos y vejámenes criminales que utiliza el estado y sus gobiernos
a la luz de todo el mundo para reprimir nuestras justas reclamaciones y pisotear nuestros derechos como
culturas milenarias y clases sociales menos favorecidas de Colombia. Luchamos con todas las formas de
pensamiento y fuerza, capacidad y convicción propias contra la falseada propaganda estatal que no es
más que mentiras bien presentadas, a favor del terror, leyes y normas que imponen los intereses de
pocos contra la vida y la justicia.
Los pueblos que reclamamos por nuestras tierras de nuestros territorios para sembrar nuestros alimentos
con nuestras manos y semillas para nuestros niños, no somos ni guerrilleros, ni terroristas, ni comunistas,
ni derechistas, solo queremos vivir y darle el sentido a la vida desde nuestras identidades, desde la no
violencia, eso es lo que reclamamos simplemente, ese es nuestro Deber y Derecho Mayor.
No somos pobres, nos han querido empobrecer, y nos siguen robando nuestras semillas, nuestros saberes. Han convertido los territorios y tierras de los pueblos originarios en tierra fértil para biopiratería y cognopiratería de biodiversidad y saberes, de tierras, de aguas, minerales, astros, formas de fuego, diseños de atuendos y viviendas que la constituyen en materia prima para sus investigaciones y pretensiones mercantiles, lo que en una sola palabra significa el saqueo de nuestro patrimonio identitario de los pueblos ancestrales depositarios milenariamente de plantas, animales, alimentos, medicinas entre otros, que hemos recibido de nuestros dioses y compartido sus usos a la humanidad, y que hoy pretenden privatizar mediante sus leyes.
- Exigimos el respeto y garantías para re-existencia de las formas de vida.
- Exigimos la libre movilización hacia nuestros antiguos asentamientos y sitios de ritualidad y levantamiento espiritual sagrados del gran Kauka.
- Exigimos el respeto y ser escuchados las formas de sabiduría y pensamientos propios de los pueblos.
- Exigimos el resarcimiento del territorio y reparación de las diversas formas de vida y culturas y economía propias de pueblos y culturas originarias que están en vía de extinción.
- Exigimos el cese de las exploraciones, bioprospección, derogación de leyes y normas inconsultas relacionadas con los pueblos originarios y colombianos.
- Nunca nos cansaremos de exigir y hacer respetar lo que nos pertenece por origen milenario.
- Las desigualdades e injusticias del estado no se solucionan con violencia o matando y desapareciendo nuestras gentes, o invirtiendo para la guerra.
- Nunca dejaremos de movilizarnos contra las injusticias.
- Nunca dejaremos de actuar por la defensa de nuestros territorios
Invitamos a todas y todos a la marcha desde Piendamo a Popayán el día 22 de octubre de 2008.
Autoridad ancestral del pueblo Misak - Kauka
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